La confirmación de que CCOO y UGT también van a hacer huelga general el día 29 de este mes sitúa a Hego Euskal Herria ante la perspectiva de una movilización masiva en contra de la reforma laboral. En los últimos tres años, las convocatorias de la mayoría sindical han cosechado un seguimiento muy importante, con paros generalizados en muchos sectores y manifestaciones multitudinarias, de modo que en esta ocasión y teniendo en cuenta el «efecto suma» de esas dos centrales, es fácil aventurar que la respuesta va a ser de gran calado. La clase trabajadora vasca tiene la oportunidad de mostrar su oposición a una medida que cercena algunos de sus derechos más elementales y de hacerlo con su herramienta más contundente.

Sin embargo, los sindicatos convocantes llegan a la huelga desde caminos muy diferentes. Así, mientras la mayoría agrupada en torno a ELA y LAB mantiene desde el inicio de la crisis una oposición abierta a las medidas adoptadas en Madrid, Iruñea y Gasteiz, reivindicando además el marco vasco de relaciones laborales, CCOO y UGT han anclado su estrategia en el ámbito estatal, apostando por un «diálogo social» que en ningún caso les ha conducido a otro lugar que el previsto por Zapatero y Rajoy. Una vía estéril a la que no parecen renunciar los máximos dirigentes de ambas centrales, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que solo han convocado el paro cuando las circunstancias y la cerrazón del gobierno les han impelido a ello.

Mantener esa estrategia es apostar a pequeña, ir a la huelga sin convicción de victoria y poco más que a cumplir el expediente. Al contrario, defender el ámbito vasco de negociación y situar en Euskal Herria la respuesta a los recortes, las reformas y el resto de medidas antisociales, es garantía de éxito si todos los agentes trabajan en la misma dirección. El día 29 ofrecerá una gran oportunidad de marcar un punto de inflexión y empezar a construir un nuevo modelo socioeconómico, pero solo si la apuesta es ganadora.