CCOO denuncia el «terrible fraude» que supone ocultar enfermedades profesionales
CCOO de Euskadi denunció ayer en Bilbo la «terrible ocultación» de enfermedades profesionales que se produce en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Denunció que Osakidetza solo comunicó 173 sospechas de enfermedad profesional en 2011 y los servicios de prevención, 569 casos.
Juanjo BASTERRA | BILBO
El responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, Jesús Uzkudun, y Alfonso Ríos, del Gabinete de Salud Laboral de la central sindical, pusieron ayer de manifiesto que se mantiene el «subregistro de enfermedades profesionales» y denunciaron el «terrible fraude» que representa ocultarlas a la acción preventiva. Ríos admitió que «si no hay enfermedades profesionales, no es necesario revisar las evaluaciones de riesgo, ni modificar las condiciones de trabajo o realizar inversiones preventivas en las empresas».
Uzkudun remarcó, ante esta situación, que «esta ocultación favorece a su vez el deterioro de la sanidad pública al correr Osakidetza con gastos millonarios que corresponden a las mutuas patronales». A juicio del máximo responsable de Salud Laboral de la central sindical, «el enorme subregistro y ocultación de enfermedades profesionales persiste, gracias a la pasividad de la Administración, incluida la connivencia de algunos funcionarios, permitiendo el incumplimiento de la ley y todo tipo de malas prácticas de los servicios de prevención propios y ajenos».
CCOO de Euskadi ofreció el dato que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se reconocieron en 2011 un total de 3.023 enfermedades profesionales, un 16,68% del Estado español. «Aquí la actividad es mayor, pero hay que reconocer que en torno al 50% de las hipoacusias reconocidas en el Estado español tienen su origen en la CAV y las cifras de cáncer profesional se han triplicado», precisó Alfonso Ríos, que atribuyó esa mejor situación, «aunque deficitaria», a la acción sindical.
Uzkudun responsabilizó de forma directa a la Administración pública del subregistro y dijo que «no hace el trabajo», por lo que está favoreciendo no solo a los empresarios que incumplen la legislación sino provocando un coste económico para las arcas públicas. De hecho, el responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi manifestó que en 2011, Osakidetza «solo comunicó 173 sospechas de enfermedad profesional. Son el triple que en 2010, pero es ridícula esa cantidad».
Para él, esa baja actividad muestra «la escasa voluntad política de los gestores de Osakidetza y de sus profesionales sanitarios» y añadió que «este incumplimiento es más escandaloso ante el cáncer profesional en personas no activas».
Los servicios de prevención propios, ajenos o mancomunados, los que están a pie de centro de trabajo, solo comunicaron 569 sospechas, «un 63% de las notificadas el año anterior, con la particularidad de que casi exclusivamente se notifican las hipoacusias por la denuncia y presión sindicales», precisó Uzkudun. A juicio de CCOO de Euskadi esta situación no se está resolviendo con el tiempo, sino que el subregistro de enfermedades profesionales persiste «mientras la Administración no hace nada por solucionarlo».
Jesús Uzkudun manifestó que el servicio médico en la refinería de Petronor «está poniendo un empeño especial para no declarar las sospechas de enfermedad profesional con prácticas ilegales para que no figuren como accidentes de trabajo».
A juicio del sindicalista de CCOO, «se realizan curas de urgencias para evitar los partes de accidentes. Lo hacen en la empresa y no comunican esa situación». Ocurre en una empresa que trabaja con elementos muy tóxicos, lo que para Uzkudun es «aún más grave».
A juicio de este responsable sindical, se debe poner encima de la mesa «el dumping social» que se está produciendo con los servicios de prevención ajenos con los precios de los exámenes médicos. «Porque muchos de ellos lo hacen por 32 euros por persona y año, mientras que Mutualia los hace por 60 euros. O los de 32 euros son esclavos y hacen un simulacro de reconocimiento médico, o utilizan unidades móviles no autorizadas o los despachos del gerente cuando se va de la empresa». Explicó que, aunque las empresas van a los más baratos, «éstas al final acaban pagando más caro las indemnizaciones por no haber hecho bien los reconocimientos médicos». J. B.
Osakidetza solo comunicó 173 sospechas de enfermedades profesionales y los servicios de prevención ajenos, que están a pie de centro de trabajo, solo 569 sospechas más. Alfonso Ríos dijo que «persiste el subregistro» y «hay un deterioro de la sanidad pública creciente»