El examen del Eurogrupo al plan de reducción del déficit defendido por el gobierno de Mariano Rajoy centraba todas las miradas de los inversores, que no esperaban, sin embargo, más allá de una reprimenda por salirse del guión preestablecido en el 4,4% para este año. Por tanto, la cautela presidió los movimientos de los inversores, que no encontraban tampoco motivos para el optimismo en el final de la operación del canje de bonos griego y la reanudación de las compras de deuda soberana del BCE. Pero la salud de la economía europea, en claro proceso de deterioro, junto a las permanentes llamadas de atención sobre la estabilidad de la deuda soberana de los estados periféricos con los altos niveles de interés demandados por los prestamistas presentan un lastre difícil de soltar a la hora de acudir a la renta variable. Así las cosas, el Ibex, sometido a la presión bajista de bancos y sector eléctrico, se fue hacia el rojo sin remisión. Hoy saldrá desde los 8.180,20 puntos, tras ceder un 1,24%. En el resto de Europa el signo fue diferente y los tres índices principales finalizaron en verde, aunque por escaso margen en el caso de Londres y París, que ni siquiera superaron el 0,10% en su avance. Fráncfort, por su lado, mejoró un 0,31%. En el Ibex, todos los grandes, con BBVA (-2,43%) y Santander (-2,35%) al frente, bajaron más de un 1,40%. Abengoa (-3,27%) y Endesa (-3,01%) sufrieron los mayores recortes. Por el contrario, Sabadell (+7,38%) y Sacyr (+3,64%) lideraron las subidas. En París, el mejor fue Michelin (+3,99%), al tiempo que Vallourec (-2,48%) registraba la mator caída.