Marine Le Pen apura los últimos días para lograr los avales a su candidatura
GARA | PARÍS
La semana de la campaña electoral francesa será decisiva para la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, que el viernes anunciará si ha logrado los 500 avales necesarios para pressentarse a las elecciones.
La presidenta del Frente Nacional (FN) quiere jugar un papel clave en el juego político entre izquierda y derecha, y se le atribuye el 17% de intención de voto en las últimas encuestas, en la tercera posición, detrás de François Hollande (29%) y del presidente Nicolas Sarkozy (27%), pero por delante del resto de candidatos. Pero el pasado domingo reconoció que aún que aún le faltaban quince firmas para llegar a las 500 que necesitará el viernes, fecha límite para presentar las solicitudes ante el Consejo Constitucional. «Nada me permite estar tranquila», afirmó.
Reputación heredada
Ante los 38.000 representantes electos, parlamentarios, alcaldes y concejales susceptibles de patrocinar su candidatura, Marine Le Pen paga el débil anclaje municipal de su partido, así como su reputación, heredada de su padre, Jean-Marie Le Pen. Este ha sido condenado en repetidas ocasiones por los tribunales, incluido el cargo de incitación a la discriminación racial o la complicidad en la negación de crímenes contra la humanidad. Pero siempre había sido capaz de reunir los avales necesarios, a menudo en el último minuto.
En esta ocasión su hija acusa al partido presidencial de presionar a los funcionarios locales para negarle el apoyo y excluirla de la campaña, mientras Nicolas Sarkozy busca votos entre la extrema derecha, sobre todo recurriendo al tema de la inmigración, con mensajes cercanos al del FN.