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Crónica | Campaña de la Casa de las Mujeres

Tan sencillo como seguir el sendero de la flecha morada

No había riesgo de perderse. A pesar del manto de bruma que durante la tarde cubrió el Boulevard donostiarra, las flechas moradas marcaban el camino directo hacia la Casa de las Mujeres, sita en la calle Okendo. Se trataba del inicio de la campaña «Fuera de casa», cuyo objetivo es atraer a la ciudadanía a las actividades que se realizan en este espacio.

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Imanol INTZIARTE

El primer acto se había desarrollado al calor del mediodía en la playa de La Concha. Emergiendo de las aguas de la bahía, un grupo de animosas mujeres se plantó en el arenal portando en sus manos el logotipo de esta iniciativa, que ha sido diseñado por alumnas del ciclo formativo de Diseño Gráfico Publicitario del Instituto Usandizaga.

«La flecha, imagen reconocida como símbolo de dirección, de ayudar a encontrar el camino y guiar, nos invita a salir y, a la vez, a entrar. Salir de nuestros lugares para entrar en la Casa de las Mujeres», explican.

Así que de eso se trataba, de marcar una ruta que, partiendo desde el kiosko, recorriese la alameda hasta La Bretxa para allí girar a la derecha y enfilar la calle Okendo. Por la acera del Hotel María Cristina, un poco más adelante, allá por el número 9, está el local.

Comenzar en un lugar muy conocido hasta llegar a otro que invitan a conocer y que lleva cerca de año y medio funcionando «a tope», pese a lo limitado de su espacio.

La comitiva, en la que algunas mujeres iban ataviadas con prendas de color lila, inició su desfile acompañada por la suave voz de Cesaria Evora. Un pequeño homenaje, indicaron, a la reina de la morna -el fado caboverdiano-, fallecida el pasado diciembre a los 70 años.

La selección musical, no obstante, era tan heterogénea como las componentes del grupo, ya que por allí se coló la desgarrada garganta de Rosendo con aquello de «prometo estarte agradecido».

Pasito a pasito, que es como se llega lejos, el pasacalles -ahora si se graban en vídeo se les llama flashmob- llegó a su destino, donde estaba programado un acto para dar a conocer diferentes iniciativas.

Entre ellas se encuentra el proyecto Ematruke, que a su vez se divide en dos partes: la primera es DendaGratix, una tienda de intercambio, donde algunas mujeres pueden dar más vida a objetos que otras ya no quieren o necesitan.

Banco de tiempo

La segunda parte es el Banco de Tiempo, en el que las socias intercambian tareas o servicios y la unidad monetaria -que en este caso han bautizado como txintxinak- son los minutos o las horas que se han empleado para llevar a cabo esa labor.

Para que toda esta información esté a un solo click acaban de estrenar la web emakumeenetxea.blogspot.com. Cursillos, charlas, talleres, exposiciones... todo aquello que se organice en el local tendrá su reflejo en esta ventana abierta en Internet.

Y en todo caso siempre quedará el recurso de seguir las flechas. No hay pérdida posible, la Casa de las Mujeres tiene sus puertas abiertas de par en par.

 

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