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Maite SOROA | msoroa@gara.net

¡Que vienen los vascos! (y los catalanes)

La presencia de vascos en Madrid era ayer motivo de preocupación del periodismo extremadamente derechoso por distintos motivos.

Contaba «Abc», bajo una flecha hacia abajo, que al exalcalde de Donostia, Odón Elorza, en su primera intervención, «no se le ocurre otra cosa que despacharse en euskera en el Congreso, donde no hay traductores, como en el Senado. Todo un éxito comunicativo. Con actuaciones así, su mensaje no llegará muy lejos». Es cierto, qué ocurrencia, un vasco hablando en euskara. Verdaderamente, se nota la preocupación del de Vocento por que el mensaje de Elorza llegue lejos.

Preocupación probablemente compartida por Isabel San Sebastián, a tenor de lo que decía al respecto en Punto Radio: «Pero ¿por qué se le permite hablar vascuence a un señor en el Congreso cuando el reglamento lo prohíbe? (...) lo ha dicho en una lengua que no entiende nadie, pues ha dicho lo que le ha dado la gana y los que entienden esa lengua, que son los separatistas, los filoetarras y los nacionalistas, esos sí lo han entendido». ¿En qué quedamos, en que no la entiende nadie o en que la entienden todos esos colectivos? Esta señora es una de esas a las que le preocupa mucho la politización del euskara.

Y a una presencia más masiva de vascos, y también de catalanes, se refería Hermann Tertsch, también en «Abc». Tras asegurar que de joven compaginaba sus «amores por el Athletic» con los que él y todo su barrio, Chamartín, tenían al Madrid, comprobó que «su afición magnífica y señorial, querida en toda España, pasó a ser dominada por un núcleo duro que parecía siempre una manifestación de Batasuna». Y después de mucho peloteo hacia el Athletic y el Barça, afirma que el problema no es quién gane la final de la Copa, sino que «El problema está con esos sectores de las aficiones de ambos equipos que son grupos fanáticos de los respectivos nacionalismos radicales». Pues el año pasado en Valencia daba la impresión de que quienes pitaron a su majestad (de Tertsch, claro) esos sectores ocupaban todo el estadio. Sin embargo, para este año Tertsch ha buscado la solución y ya ha tomado medidas: «Que todos estén avisados de que a la ofensa y agresión a las instituciones se responderá con la suspensión del partido». Sí señor, con dos...

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