Próximo rival europeo
Schalke, mineros refinados
El históricamente aguerrido club de Gelsenkirchen destaca actualmente por la eficacia de sus delanteros.
Jon ORMAZABAL
Sin tiempo a digerir otra noche mágica ante el Manchester, el Athletic ya conoce el plan de viaje a la final de Bucarest, que pasará primero por Gelsenkirchen, con su enfrentamiento ante el Schalke 04, y que en caso de seguir adelante, le llevará a Lisboa o a Járkov, dependiendo del resultado de la eliminatoria entre Sporting y Metalist. De momento, lo único seguro es que el partido de ida ante el Schalke se celebrará en Gelsenkirchen el 29 de marzo, mientras que la vuelta tendrá lugar el 5 de abril en San Mamés.
Sin el halo histórico y mediático de los Red devils, El Schalke 04 es un equipo potente que guarda ciertas similitudes con el Athletic, como la identificación total de su grada por la «entrega total de sus jugadores», su esfuerzo por reverdecer viejos laureles y su última apuesta por un juego mucho más ofensivo, con el gol como principal obsesión.
Como cualquier otro equipo, la personalidad del Schalke 04 va unida a la de su entorno y, como no podía ser de otro modo, la del club de la Cuenca del Ruhr ha estado estrechamente ligada al carbón y la minería.
Schalke era originariamente el nombre de una mina de carbón y el Schalke 04 fue, en sus comienzos, un equipo de mineros. Eso marcó durante mucho tiempo el fútbol que quería ver su afición, que pedía, ante todo, una entrega total en el campo.
Rudi Assauer, que fue durante más de una década el hombre que tomaba las decisiones en el Schalke, sostenía que una ciudad de trabajadores que iban al estadio lo que querían ver era a jugadores que se rompían el alma trabajando en el campo, como ellos se rompían el alma en la mina o en la fábrica.
«Es el club del Oeste. El Schalke 04 puso por primera vez a la Cuenca del Ruhr en el mapa futbolístico», señaló en su día el historiador Ralf Piorr en un intento por definir el mito de la entidad. Rudi Assauer, uno de sus más afamados entrenadores, ha asegurado que «la gente de la Cuenca del Ruhr vive y ama este deporte».
La década de los 30 fue la más prolífica para el equipo de Gelsenkirchen, ya que entre 1933 y 1942 accedieron a las nueve finales del campeonato alemán, y en seis de ellas (1934, 1935, 1937, 1939, 1940, 1942) conquistaron el título, lo que le sirvió para labrarse gran devoción en el país.
Esta serie de éxitos se vio seriamente truncada después de la Segunda Guerra Mundial. Es verdad que volvió a coronarse campeón nacional en 1958, por última vez, y que en 1963 fue uno de los miembros fundadores de la Bundesliga. Pero ya no se podía hablar de supremacía. En los años de la posguerra, el principal empeño de la directiva era más bien mantener la máxima categoría.
Sin embargo, los genes de equipo luchador volvieron a aflorar a finales de los años 90 con la conquista de su mayor éxito internacional, la Copa de la UEFA de 1997, con un equipo tan modesto como aguerrido que fue dejando en la cuneta a rivales que aparentaban tener más calidad. La UEFA de 1997 se ha convertido en un mito de identificación para el club, e incluso los jugadores de entonces son llamados los «eurofighter», pero el Schalke lleva ya años buscando otras cosas.
Reconversión
El primer síntoma de la reconversión del club fue la construcción del espectacular estadio Arena auf Schalke donde jugará el Athletic, en sustitución del vetusto Parkstadion. Entre dificultades económicas, el Schalke empezó a convertirse en uno de los equipos alemanes que más invertía, lo que le permitió incluso estar muy cerca de hacerse con la Bundesliga.
La situación más dramática se dio en la última jornada de la temporada 2000/01 cuando el Schalke perdió el título que ya celebraba en el último instante ante el Bayern y tuvo que conformarse con el título oficioso de «campeón de los corazones» por las simpatías que cosechó.
Este año, el club ha puesto el equipo en manos del holandés Huub Stevens, el entrenador que generó la gesta del 97. Aunque los recuerdos afloren, las realidades han cambiado mucho. El Stevens de 1997 repetía hasta la saciedad que la propia portería tenía que quedar imbatida. Ahora Stevens dice que no importa cuantos goles haga el rival, siempre y cuando tu equipo haga uno más. Stevens es el mismo, pero ahora juegan un Huntelaar en racha goleadora y con compañeros de ataque como Farfán, Raúl o el joven Draxler.
El capitán del Athletic, Andoni Iraola, señaló que el emparejamiento ante el Schalke 04 es una eliminatoria «igualada» ante «uno de los favoritos» para conquistar este título europeo. El usurbildarra destacó que la presencia en el conjunto renano de futbolistas como Raúl, Jurado o Huntelaar les hace un equipo «más conocido» que otros de los que había en el bombo, entre ellos dos como Valencia o Atlético de Madrid, a los que, ha asegurado el defensa, el vestuario rojiblanco prefería «evitar».
«Primero, porque son buenos equipos, pero además vamos a enfrentarnos a los dos dentro de poco en la Liga y nos apetecía más un rival de otro país, con nombre, con jugadores importantes y que fuera una eliminatoria atractiva. Y el Schalke está bien», señaló. El lateral derecho añadió que el club renano es una entidad «con mucho apoyo social», al igual que el Athletic, y que por ello se va a poder disfrutar de dos partidos «con ambientes bonitos», tanto en la ida del Veltins Arena como en la vuelta en San Mamés. GARA
El origen minero del Schalke 04 hizo que el equipo se identificara con los trabajadores que masivamente acudían a ver los partidos y destacó por ser un equipo aguerrido que basaba sus triunfos en la entrega y la defensa.
El Schalke 04 será el quinto rival alemán contra el que jugará el equipo rojiblanco en competiciones europeas tras Eintracht Francfort, Eintracht Braunschweig, Magdeburgo y Werder Bremen. Los cuatro primeros fueron en forma de eliminatoria, sacando adelante dos de ellas.
El Schalke actual pasa hoy por ser el equipo del fútbol alemán que, según las estadísticas, mejor aprovecha sus ocasiones de gol. El holandés Klaas Jan Huntelaar, con 9 tantos, es el máximo anotador de la Europa League.
Fernando Llorente, que fue sustituido por problemas físicos a cinco minutos para el descanso frente al Manchester United, no está descartado para jugar mañana ante el Valencia. El delantero paseó ayer con aparente normalidad por el exterior de las instalaciones de Lezama.
Dentro de la multitud de elogios recibidos por el Athletic, destacan las palabras de Pep Guardiola. «Hay que felicitar al Athletic. Estamos ante el mejor entrenador del planeta, hacen un juego muy honesto. No les importa el resultado y los partidos del Athletic son un regalo».
