Más acreditados (309 profesionales del sector de las artes escénicas; un 26% más que el año pasado); más espacios escénicos, con la incorporación de la casa de cultura de Intxaurrondo y más euskara, con algunas sorpresas agradables como el texto de Oier Guillán engarzado el último momento al «Tempus-i» de Alakrana, uno de los éxitos de la feria; y mucho más público, un 25% más, con un nivel de ocupación de los espectáculos del 77%. «Yo, personalmente, me quedo con la respuesta del público», reconocía ayer Norka Chiapuso, el director artístico de dFeria. No en vano, el hecho de no hubiera conseguido en otras épocas el respaldo del público era una de las debilidades de dFeria, que parece haber superado la crisis de espectadores que le obligó a suspender la edición de 2010. En la actual, sin embargo, se ha comprobado «que la ciudad la valora».

Aunque es demasiado pronto para conocer los datos de contrataciones atadas aquí -se harán varios «peinados» en los próximos seis meses-, Chiapuso constató que las expectativas inducen al optimismo, con varios teatro interesados con espectáculos vistos aquí y conversaciones ya iniciadas. Los profesionales que vienen, lo hacen «porque quieren estar aquí», agregó (de los 300 profesionales que han venido, un centenar de programadores de Argentina, Colombia, Brasil, México, Uruguay, Polonia, Portugal y Estado francés han sido por invitación). Quiso agradecer también el esfuerzo de las compañías, que cobran un 50% de su caché, porque para ellos dFeria es una inversión y una apuesta; así como el apoyo recibido de las instituciones, que «todas han estado por la labor» de apoyar a esta feria.

De los estrenos, han gustado «Itzulera», de Factoria de Fuegos por su frescor; «Tempus-i», de Anakrusa, que gustó a crítica y programadores; también «In corpore sano», de Organik (todos ellos mezclan danza y teatro)... y defraudó «Agosto, cuadros de amor y humor fresco». Algunas curiosidades: el Victoria Eugenia estaba a mitad de aforo en «Cantica II», el espectáculo de Pellisari, para evitar que quien lo viese de arriba descubriera el truco o la magia de sus bailarines flotantes, y «José K. Torturado», el estudio sobre la tortura en comisaría de Studio Teatro, ha sido, en opinión de Chiapuso, «el espectáculo que podría representar a esta edición». Su estreno fue un acontecimiento social.