«Nos han robado el derecho a la negociación colectiva»
Responsable de acción sindical de LAB
La negociación colectiva quedará debilitada con las nuevas medidas que el Gobierno español del PP ha introducido con la reforma laboral. Garbiñe Aranburu mantiene que «haremos propuestas para superar ese desequilibrio que favorece a los empresarios» y considera que ante esta nueva situación «coge más fuerza la necesidad de construir un Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social»
Juanjo BASTERRA | BILBO
¿Cuáles son los principales riesgos para los trabajadores como consecuencia de la modificación de la negociación colectiva, aprovechando la reforma laboral del Gobierno del PP?
El riesgo principal es que los acuerdos alcanzados al amparo de la negociación colectiva pierden su valor, porque la empresa, de forma unilateral, puede decidir descolgarse de los convenios. También los convenios provinciales, que han sido la piedra angular en nuestro modelo de negociación colectiva, quedan totalmente desprotegidos. Son atacados por arriba por la centralización de la negociación colectiva y, por abajo, porque se refuerza la prioridad aplicativa del convenio de empresa frente al provincial. Y, sobre todo, la pérdida de la ultraactividad, limitándola a dos años.
¿Por qué se deja prácticamente todo el poder en manos de los empresarios?
En todas las medidas que se nos han impuesto desde Madrid, se ve claramente que el poder político se limita a hacer lo que le pide el poder económico. El capital es el que manda. La reforma es totalmente desequilibrada a favor de la patronal, es un regalo para lo que siempre ha reclamado: más poder para despedir libremente y casi gratuitamente, más poder para bajar salarios y para incumplir los convenios colectivos. Va a generar más desempleo y un empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora vasca. El hecho de tener empleo ya no es garantía de poder escapar de la pobreza por la rotación que se va a dar en el empleo, o por los bajos salarios que introducirá.
¿Qué alternativa tienen los trabajadores para hacer frente a ese poder casi absoluto que se entrega a los empresarios?
Luchar y defender los derechos que tanto nos ha costado conseguir. La reforma le da a la patronal todo lo que quería, pero no están obligados a aplicarlo. Nuestra capacidad de lucha es la que va a condicionar el grado de aplicación de esta reforma. Esto nos tiene que llevar a un modelo de confrontación que sea duradero en el tiempo y que desestabilice el día a día en las empresas. La huelga será un punto de inflexión importante en ese camino. Nos han robado el derecho a la negociación colectiva. Para denunciarlo y reflexionar sobre cuáles tienen que ser las alternativas, LAB ha decidido suspender su participación en las mesas de negociación sectoriales hasta el día después de la huelga. Este periodo de reflexión lo estamos aprovechando para compartir con nuestras estructuras y con las y los trabajadores la forma de afrontar el escenario de lucha que se nos abre a partir de este momento.
¿Con esta reforma laboral se perpetúa la existencia de trabajadores de primera, segunda y tercera clase a la vista de las posibilidades de contratar por formación hasta los 33 años?
La reforma es un ataque en toda regla a toda la clase trabajadora. Quienes tienen empleo van a poder ser despedidos más fácilmente. La patronal, de forma unilateral, puede bajar salarios o empeorar sus condiciones laborales. Quienes están en el desempleo, son condenados a seguir en esa situación ya que la reforma no va a generar ni un puesto de trabajo. Y en el caso que de algún día tengan la suerte de acceder al mercado del trabajo lo van a hacer en unas condiciones muy precarias. Si bien es cierto que se va a dar un retroceso generalizado en los derechos de las y los trabajadores, esto va a tener mayor incidencia en aquellos colectivos que no participan en igualdad de condiciones en el mercado laboral, como es el caso de las mujeres, jóvenes, personas con discapacidad o inmigrantes.
¿Qué futuro le ve a la negociación colectiva?
Hay que construir un marco propio de negociación colectiva. Hemos suspendido nuestra participación en las mesas sectoriales hasta el día después de la huelga. No abandonamos ese espacio de negociación, seguimos entendiendo los marcos de negociación como espacios de lucha. En la huelga se va a ver el enfado de la gente, se va a ver que las y los trabajadores están dispuestos a defender sus derechos en el trabajo.
Vamos a recoger ese guante y esa es la fuerza que vamos a llevar a las mesas de negociación. No volveremos para dar cobertura a un espacio de negociación totalmente bloqueado, ni por supuesto para llevar los efectos de la reforma a esas mesas. Todo lo contrario, haremos propuestas para superar los efectos de la reforma y para construir un modelo propio de negociación colectiva blindando ese derecho frente a la negociación estatal y de empresa y dando valor a los acuerdos alcanzados, evitando que puedan ser modificados unilateralmente.
¿Por qué hay que salir a la huelga general del próximo 29 de marzo, la cuarta que se hará en Hego Euskal Herria desde que comenzó la crisis?
Para neutralizar los efectos de la reforma. Hay que salir a la calle para evidenciar que no aceptamos las imposiciones de Madrid y para reclamar que hay alternativa: construir otro modelo económico y social basado en un reparto más equitativo de la riqueza, más democrático y que tenga en cuenta las necesidades de las y los trabajadores. El actual marco político impide construir otro modelo social, no tenemos competencias ni capacidad legislativa plena para ello. Esto hace que cada vez coja más relevancia la necesidad de construir un Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social, ya que es la manera más eficaz de protegernos ante tantas agresiones.