La Film Symphony Orchestra debuta en Donostia con lo mejor de Williams
El Victoria Eugenia de Donostia acogerá mañana a las 20.00 h. a la recién nacida Film Symphony Orchestra, la primera orquesta del Estado centrada en el repertorio de música para cine. La FSO ofrecerá un concierto homenaje al célebre compositor de Hollywood John Williams, que este año celebra su 80 cumpleaños, con una amplia selección de sus páginas sonoras más famosas, compuestas para películas como «Indiana Jones», «Superman» o «Star Wars».
Mikel CHAMIZO | MADRID
La crisis que nos acompaña desde hace tiempo, y que comienza ya a afectar de forma particularmente grave a las grandes estructuras musicales (festivales, ciclos de conciertos y orquestas), no es tampoco el contexto más apetecible para la iniciativa privada en un terreno, el de la música clásica, caro y casi siempre deficitario. Y, sin embargo, desde hace algo más de un mes no se deja de hablar en los círculos clásicos de la nueva orquesta privada que acaba de nacer en Valencia, la Film Symphony Orchestra, que desde el pasado 29 de febrero está inmersa en un gira que recorre todo el Estado, colgando el cartel de no hay entradas a su paso y levantando el mayor de los entusiasmos entre un público muy diferente del que suele ser habitual en los conciertos sinfónicos.
Como su propio nombre indica, la Film Symphony Orchestra ha nacido con la mirada puesta en la música escrita para el cine. «Escuchar la música de una película en el cine es, a priori, lo lógico -explica Constantino Martínez-Orts, director y fundador de la FSO-. Está perfectamente registrada, ejecutada y sincronizada para la ocasión y cada compás realza la imagen que estamos viendo. Pero la música, por su propia condición, está concebida para ser interpretada en público y en vivo. Las partituras son papeles inertes que sólo cobran vida cuando los intérpretes las ejecutamos. A la mayoría de las grabaciones les falta la sangre y la adrenalina del directo. Jamás un concierto podrá ser sustituido por una grabación. Esto da sentido al proyecto».
«En nuestros conciertos, la mente de los oyentes podrá volar a un sinfín de películas, imágenes y recuerdos que solo la evocación musical es capaz de conseguir...», agrega Martínez-Orts, que estudió un máster en Film Scoring por el London College of Music y reparte su actividad profesional entre la composición de música para cine y la dirección de orquesta.
Las orquestas sinfónicas de las diferentes ciudades han solido abordar puntualmente proyectos de música para cine, pero no es, ni mucho menos, una parte central de su actividad. «Todavía se considera la música para cine como música de segundo orden -denuncia Orts-, a pesar de que autores como Bernard Herrmann, Max Steiner o Erich Korngold tienen en su haber páginas a la altura del mejor sinfonismo del siglo XX».
Pero no son esos autores lo que ha elegido para dar a conocer a la Film Symphony, sino la música de John Williams, el más célebre entre los compositores de bandas sonoras de Hollywood, que este año celebra su ochenta aniversario. Para Orts «la de Williams es una música de calidad indiscutible. Hay gente que directamente la rechaza por ser música para cine y además muy popular, pero yo, desde el conocimiento que tengo de ella, creo que es una música que se defiende por sí misma: el uso brillante que hace de los instrumentos, la inteligencia en los procedimientos compositivos y la enorme inspiración de su melodismo, a la altura de los de Puccini, Dvorak o Tchaikovsky. Williams no sólo ha marcado un antes y un después en la composición para cine, en general ha dejado un legado musical que no tiene precio».
Con James Bond
La Film Symphony Orchestra tuvo su origen en un concierto en torno a la música de James Bond que se celebró en la última Mostra de Valencia, justo antes de que Rita Barberá cancelara el festival. En aquella ocasión, Orts reunió a músicos con los que suele trabajar habitualmente en otras orquestas estatales y europeas, y aquella actuación se saldó con un espectacular éxito entre el público. Fue en ese momento cuando Orts vislumbró la posibilidad de crear la primera orquesta específicamente dedicada al cine del Estado, e invirtió en ello «todo lo que tenía».
La apuesta parece ganada en esta primera ronda, vistos los resultados que está cosechando la gira -la recepción en Madrid fue entusiástica, con tres bises y casi media hora de aplausos de un público puesto en pie-. Pero queda todavía por asentar una actividad regular para la orquesta que atraiga también a los inversores. «En octubre emprenderemos otra gira por toda España -adelanta Orts-, pero nuestra idea es ofrecer también una herramienta para acompañar proyecciones y para realizar grabaciones de bandas sonoras. Actualmente, por cuestiones de presupuesto, la mayoría de las bandas sonoras del cine español se graban con orquestas de Bratislava o Praga. Nosotros queremos crear una plataforma empresarial que permita ofrecer precios competitivos para que no sea necesario irse a Europa del Este a grabar». Para adaptarse a todo tipo de proyectos, la FSO irá variando su fisonomía en función de las necesidades, desde un grupo hasta una gran orquesta e, incluso, planteando colaboraciones puntuales con otras orquestas.
Al margen de como pueda encajar la Film Symphony Orchestra en complejo entramado del cine estatal, lo que ya han conseguido es que mucha gente, en su mayoría joven y que nunca iría a un concierto de música clásica, se haya acercado a escuchar a una orquesta sinfónica. «Las reacciones que se han sucedido estos días en nuestros conciertos deberían generar una reflexión en los programadores -opina Orts-. El propio personal del Auditorio Nacional estaba sorprendido de que hubiéramos logrado convocar a tanta gente joven. La música para cine, gracias a su popularidad, sirve para acercar la orquesta y el repertorio sinfónico al gran público. Que los programadores de auditorios y orquestas mantengan su línea de pensamiento exclusivista y no contemplen la música para cine en sus programaciones me parece un gran error de política cultural. Al fin y al cabo, la música clásica debería ser un bien universal y no un nicho para élites ni entendidos», concluye el director.
John Williams, con cinco Óscars y 45 nominaciones en su haber, no es solo el artista más premiado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, sino también el compositor más célebre de la industria de Hollywood de todos los tiempos. Gran parte de su éxito ha ido vinculado a las partituras inolvidables que creó en los años 70 y 80 para los clásicos del cine de aventuras y ciencia ficción de Steven Spielberg y George Lucas: «Star Wars», «Indiana Jones», «Superman», «Tiburón»... y más recientemente para otros grandes éxitos como «La lista de Schindler» o «Harry Potter». En el concierto que la Film Symphony ofrecerá mañana por la noche en el Victoria Eugenia sonarán todas esas famosas melodías, pero también otras muchas composiciones que, sin llegar a tal grado de popularidad, han sido escogidas por Martínez-Orts por considerarlas algunas de sus mejores creaciones. Ahí estarán, por ejemplo, la «Fanfarria Olímpica» que Williams compuso para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, los temas principales de «Las cenizas de Ángela» y «El patriota», la melodía hebraica de «La terminal», las trompetas de «Nacido el 4 de Julio», y hasta el gran ejemplo de música del Lejano Oeste que es la obertura de «The cowboys».
También podremos escuchar una de las melodías televisivas más conocidas en el ámbito anglo-parlante, la sintonía de las noticias de la NBC; e incluso las nuevas orquestaciones que de los temas clásicos ha hecho en las entregas recientes de «Star Wars» (con un fragmento de «El ataque de los clones») e «Indiana Jones y la Calavera de Cristal.» Y, para terminar, seguro que no faltará alguna sorpresa con garras de dinosaurio. M.C.
El proyecto tuvo su origen en un concierto con músicas de la serie James Bond que se celebró en la última Mostra de Valencia, justo antes de que Rita Barberá cancelara el festival.
La orquesta tiene como objetivo ser una herramienta para acompañar proyecciones y realizar grabaciones de bandas sonoras; ya que, actualmente, la mayoría de las bandas sonoras del cine estatal se graban con orquestas de Bratislava o Praga.