El político catalán apostó por el crecimiento, aunque matizó que este es un debate de carácter europeo y que «no se puede practicar una política de crecimiento en áreas pequeñas, como si estuviéramos aislados de nuestro contexto».

Mas-Colell hizo estas declaraciones poco antes de pronunciar una conferencia titulada "La salida de la crisis económica: una visión desde Cataluña", en un acto organizado por la Confederación Empresarial de Bizkaia (CEBEK) y la Diputación.

El conseller se refirió también a la reforma laboral impulsada por el Gobierno del PP, que calificó de «paso importante en la dirección adecuada». Señaló que la realidad del mercado laboral es muy compleja, por lo que «no creo que nadie pueda decir con certeza que esta reforma laboral va a tener el efecto deseado, que es reducir sustancialmente la tasa de paro. Le hemos de dar un par de años para ver si tiene ese efecto».

Si tiene éxito, apuntó, «y hay razones para pensar que puede ser así, fantástico, pero si no lo tiene habrá que ser pragmáticos y modificar de nuevo el marco laboral para conseguir lo que se pretende, reducir el paro».

Mas-Colell no se quiso pronunciar sobre si esta hipotética nueva reforma tendría que ir en la línea de una mayor desregulación. «Eso me lo pregunta usted dentro de dos años», contestó. «De momento hay que darle la oportunidad a esta ley que tiene muchos aspectos que van en la buena dirección».

Posteriormente, durante la conferencia, insistió en la necesidad de medidas como la reforma laboral, «porque no podemos esperar a que el crecimien- to económico provea los empleos necesarios, porque es un proceso demasiado lento».

La tasa de paro, «insostenible»

En su charla, el político catalán recordó que incluso en los mejores momentos de crecimiento económico el nivel de desempleo del Estado español estaba «muy por encima de la media europea» y recalcó que la situación de paro actual «es insostenible» fundamentalmente por los altos costes económicos que lleva asociados.

Mas-Colell se mostró partidario de la política seguida por el Banco Central Europeo e insistió en que «en estos momentos la inflación debería ser la última de nuestras preocupaciones».