«El problema de base es que Bildu no asume su situación de minoría»
Eneko Goia Laso (Donostia, 1971) afronta esta legislatura como cabeza visible del grupo municipal del PNV en el Consistorio de la capital guipuzcoana. Anteriormente ocupó el puesto de diputado de Infraestructuras Viarias en el Gobierno foral de Markel Olano, del que también fue portavoz.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Eneko Goia atiende a GARA veinticuatro horas después de anunciar el fin de las conversaciones con el gobierno municipal en torno al proyecto de presupuestos para 2012. Durante la entrevista se repasan algunos de los temas más en boga, como la estación de autobuses, la recogida de residuos o la venta de Illunbe.
Se acaban de cumplir nueve meses de legislatura. ¿Qué balance hace el PNV?
El problema fundamental es que ganó las elecciones una coalición que en sí no presentó un programa. Creo que había surgido con otro fin y se encontró con la victoria y con la consiguiente responsabilidad de gobernar. Eso ha provocado que durantes estos meses se haya producido una situación de incertidumbre.
Sobre la mesa hay un proyecto de presupuestos, una herramienta que ya marca la dirección que se pretende seguir...
En el proyecto de presupuestos se recogen algunas cosas, pero otras no quedan aclaradas y otras ni se mencionan.
La sensación es que el desacuerdo es previo al debate sobre partidas concretas...
Va todo absolutamente unido. Hay un problema desde el principio: Bildu decide, después de las elecciones, que quiere asumir la responsabilidad de gobernar, lo cual es absolutamente legítimo; pero lo que no asume es su situación de minoría y actúa de un modo que obvia esa realidad, una realidad tozuda que se pone encima de la mesa en innumerables ocasiones.
Lo que nosotros decimos es que para debatir sobre un instrumento fundamental como el presupuesto hay que aclarar cuál va a ser la forma de gobernar en situación de minoría.
No es que Bildu tenga que asumir posiciones que no comparte, pero que nos diga cómo va a a gestionar la situación de minoría que tiene y cuál va a ser la gestión de los temas en los que hay una mayoría que opina diferente. Y eso es lo que no se aclara.
¿No pretenden que Bildu se convierta en un mero gestor de las decisiones que adopte la oposición en bloque?
Voy a poner un ejemplo para que se vea que eso no es así. Si pretendiéramos eso, no permitiríamos ninguno de los pasos que se están dando respecto a la estación de autobuses. El Pleno tiene una posición clara, manifestada hasta en tres ocasiones, para que se siga con el proyecto de Atotxa. Frente a eso, el gobierno tiene otra opinión y unilateralmente ha decidido suspender dos veces el contrato e iniciar la redacción de un nuevo proyecto en Riberas de Loiola.
Si hiciéramos una interpretación estricta de que hay que asumir lo que decida la mayoría, eso no tendría cabida. Pero vamos a acabar yendo a un pleno en el que se aprobará o no una modificación del plan parcial. Estupendo, nosotros vamos a aceptar el resultado que salga, pero también hay un compromiso del gobierno de aceptarlo.
¿Y cuál va a ser su postura?
No es ni blanco ni negro, no existe ubicación perfecta. Ninguna lo ofrece todo, a una le faltan unas cosas y a la otra le faltan otras. Mientras estamos en la discusión, la realidad es que no se avanza. Aparte de lo que se nos ha facilitado, hemos solicitado el informe de movilidad relativo a Riberas y el estudio de viabilidad económica-financiera. Cuando lo tengamos lo analizaremos.
Cabe concluir que su postura no está cerrada...
No se trata de eso. La cuestión fundamental es que o aceptamos que las decisiones se toman de determinada manera y que cuando se toman hay que tirar adelante con ellas, o cuestionamos todas las decisiones y entramos en una época de parálisis. Hasta ahora no hemos visto un motivo que justifique que la decisión que se tomó en la anterior legislatura y que fue adjudicada se vaya a revocar.
Ustedes han argumentado como principal motivo concreto para abandonar las conversaciones las desavenencias respecto a los sistemas de recogidas de residuos...
Es otro tema que pone de manifiesto el problema de base, la gestión de las mayorías. La izquierda abertzale ha hecho en Gipuzkoa una apuesta por implantar el puerta a puerta, por hacer batalla de esta cuestión. Y no puede permitirse que San Sebastián, que genera un tercio de los residuos, se descuelgue de esa estrategia común.
Donostia no está en esa lista de 34 municipios que han anunciado el puerta a puerta...
Una cosa es que no se haya planteado oficialmente, pero en todos los debates que hemos tenido sobre esta cuestión hemos planteado que se mantenga y perfeccione el sistema actual del quinto contenedor. Y en todos Bildu ha votado en contra y ha dicho que hay que implantar un sistema alternativo. Cuando se le ha interpelado sobre cuál es ese sistema, nos ha respondido que «hay que analizar, hay que estudiar y hay que ver».
Volviendo al tema presupuestario, el PNV apunta que los gastos ordinarios siguen siendo muy altos. ¿Cómo se bajan?
Siendo justos, no es algo que se genera ahora, viene de los últimos años. Sobre todo en el capítulo 2, que son compras y contratos de servicios. Eso estrecha el margen entre ingresos y gastos corrientes. Al final tienes que echar mano, por ejemplo, de la venta de las acciones de Donostigas, como hizo en su día Odón Elorza. En el segundo semestre de 2011 el gobierno municipal hizo un esfuerzo, pero en el presupuesto de 2012 no vemos un intento de contener o reducir.
Otro capítulo es el de los ingresos de capital y la posible venta de Illunbe...
La situación es complicada. Lo sucedido con una parcela en Riberas de Loiola, que ha quedado dos veces desierta, es un indicativo. En el caso de Illunbe, qué más quisiéramos que el Ayuntamiento pudiera rentabilizar lo que ha sido... no sé si una inversión o un gasto. Pero no a cualquier precio. ¿Para poner qué? Si se trata de poner una gran superficie tenemos nuestras reservas. Tenemos una postura clara de no poner más grandes superficies. Nos da cierto miedo eso.