Sábado por la mañana. Se reúne el Comité Regional del PSN y aprueba una ponencia política de cara a su congreso. En la misma se destaca que la reforma laboral es «el mayor ataque a los derechos de los trabajadores de nuestro país y el retroceso más profundo en la vertebración social, en la paz social, en el diálogo social, y en la cohesión democrática y pacífica entre empresarios y trabajadores».

Martes por la mañana. Se reúne la Mesa y Junta de Portavoces del Parlamento navarro. La abstención del PSN, de ese mismo PSN que el sábado criticaba con fiereza la reforma laboral, impide que se apruebe una declaración de apoyo a la huelga.

Teniendo en cuenta que el domingo no se trabaja y que el lunes fue festivo en Nafarroa, puede decirse que el PSN cambió de criterio de la noche a la mañana. De decir que la reforma laboral era el mayor ataque a los trabajadores a considerar que no merece siquiera una votación de apoyo a la convocatoria de huelga. Y el argumento para tratar de justificar el cambio es de traca: «El Parlamento es una institución básica del Estado y no tiene sentido que se ponga en huelga». ¡Viva el autogobierno! ¿Y se han dado cuenta de esto antes o después de que Juan José Lizarbe y Maite Esporrín participasen en las manifestaciones convocadas por UGT y CCOO el anterior fin de semana?

¿No será que temen que UPN se les enfade y deje de considerarles socio de gobierno y tienen que seguir tragando con recortes y más recortes? Ya solo falta que Elena Torres, la responsable política de los recortes en Bienestar Social, aparezca en la manifestación de UGT y CCOO.

Pero para cinismo, también el de UPN y PP, que ahora huyen como de la peste del condenado Jaume Matas, al que aplaudían y rendían pleitesía cuando era ministro de José María Aznar. En aquel entonces, Matas era el que iba a traer riqueza a Nafarroa con el pantano de Itoitz y el recrecimiento de Esa. Todos los que se oponían a esas obras y decían que no se justificaban ni económica ni medioambientalmente estaban en contra del progreso. El tiempo pone a cada uno en su lugar.