Los habitantes de la región chilea de Aysén, que desde el 13 de febrero están en pie de guerra en contra del Gobierno de Sebastián Piñera por el aislamiento que sufre la región y el alto coste de los recursos energéticos así como de los productos más básicos, enviaron una misiva al ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter, para exigirle la salida inmediata de las Fuerzas Especiales de Carabineros enviadas a la zona por considerar que se trata de «una clara provocación a la violencia» y la anulación de las 22 querellas interpuestas por el Ejecutivo contra habitantes de Aysén por participar en las protestas.

El martes se volvieron a vivir momentos de tensión cuando los carabineros emplearon gases lacrimógenos y chorros de agua a presión lanzados desde una tanqueta para dispersar a un grupo de manifestantes que habían bloqueado la carretera para tratar de impedir el avance los refuerzos policiales. El sábado, el Servicio Paz y Justicia de Aysén presentó una denuncia contra un carabinero por las lesiones provocadas a un adolescente de 16 años en un ojo por el lanzamiento de gas .

Ante estos hechos, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Sergio Ojeda, se preguntó «quién responderá por los heridos y por la persona que perdió la visión. Alguien tiene que responder y ese es el ministro del Interior y la Jefatura Superiro de Carabineros».