En una jornada de claro sesgo negativo, donde los bancos siempre se mantuvieron con números rojos, no hubo tregua para el Ibex, que se vio arrastrado por debajo de los 8.500 puntos. Hoy saldrá desde los 8.490,90 puntos, tras ceder un 0,89%. El resto de plazas europeas, aunque también se movió largo tiempo con recortes, pudo remontar al final. Así, Fráncfort ganó un 0,23%, mientras que Londres acabó plano y París sólo cedió un 0,10%. La principal preocupación de los inversores giró en torno a las dudas sobre la posibilidad real de que Portugal pueda hacer frente a sus compromisos de reducción del déficit. La pésima evolución de los dos primeros meses de gastos e ingresos complica sobremanera el cumplimiento de las exigencias definidas para su rescate. Esta noticia fue el trampolín perfecto para la prima de riesgo de los estados periféricos, sobre todo para la del Estado español, que veía elevar su diferencial con el bono alemán por encima de los 340 puntos. Dentro del Ibex, el protagonista fue Repsol, que saltó un 4,28% después de conocerse que no se procederá a la nacionalización de YPF, la filial argentina de la que posee cerca del 60%. Las revalorizaciones de Gas Natural (+1,11%), Ebro Foods (+0,66%) e Inditex (+0,64%) fueron muy inferiores. En el lado de los perdedores, destacaron BBVA y Santander, que cedieron un 2,92% y un 2,43%, respectivamente, en un día adverso para el sector. Todavía lo hicieron peor Gamesa (-3,28%) e IAG (-2,94%). En París, el más fuerte fue Cap Gemini (+3,13%), al tiempo que Alcatel-Lucent (-2,19%) y Société Générale (-1,81%) encabezaban las caídas.