Inusitado interés mediático ayer a la mañana en el cementerio de Galdakao, donde estaba prevista la quinta exhumación de restos humanos en busca de indicios sobre nuevos casos de bebés robados. Antes de esta operación -seguida por cámaras de televisión y un puñado de periodistas- los camposantos de Itsasondo, Derio y Polloe fueron escenario de las pesquisas por otros expedientes abiertos.

Si en los tres casos anteriormente citados no se encontraron restos óseos, en una posterior en Arrigorriaga -dirigida por Neodiagnóstica, un laboratorio de genética y toxicología forense de Catalunya- se recuperaron «restos esqueléticos humanos». Ayer, en Elexalde, en la sepultura de Unai Lasuen, nacido en 1971, también se hallaron restos óseos.

A partir de ahora llega el trabajo de los forenses que deben analizarlos, realizando pruebas de ADN para aclarar si los restos que yacían en la necrópolis de Galdakao eran los de este niño que falleció poco después de nacer. El bebé vino al mundo en el hospital Santa Cecilia, aunque tuvo que ser trasladado a Cruces, donde posteriormente se certificó su muerte.

La familia de Unai Lasuen interpuso una denuncia a título individual, sin recibir el asesoramiento de ninguna asociación. Tras estudiar el caso y apreciar indicios suficientes, el juez autorizó la apertura de la tumba.

Los allegados del pequeño acudieron a las 10.30 a Elexalde y veinte minutos después el juez y el forense, llevándose a cabo la exhumación en torno a las 11.00. Los trabajos fueron vigilados por agentes de la Ertzaintza y la Policía Municipal, que instalaron unos paneles para evitar que las cámaras captaran la operación, que se prolongó por espacio de una hora.

El padre del bebé, que estuvo presente, confirmó que se hallaron restos de un cadáver en el féretro, y aseguró que estos serán analizados para certificar que se trata del niño. A su vez, el director del Instituto Vasco de Medicina Legal, Carlos Cubero, apuntó a que los huesos encontrados se conservaban «muy bien». Una vez fueron recogidos, los análisis definitivos se efectuarán en Madrid.

Cubero aclaró que «la decisión de hacer pública su historia y el resultado de la exhumación es de la familia y luego del juzgado». Ahora queda por certificar que los restos hallados son los de Unai Lasuen.