La experiencia se impuso a la juventud
Un penalti riguroso rompe la racha triunfal de Anoeta
Vela adelantó a su equipo de salida, pero Álvarez Izquierdo castigó con penalti una acción de Iñigo Martínez que cambió el partido. La Real jugó con 10 la última media hora por la expulsión de Elustondo.
REAL SOCIEDAD 1
UNIÓN DEP. LEVANTE 3
Joseba ITURRIA
El Levante rompió la racha de cuatro victorias consecutivas de la Real en Anoeta en un partido condicionado por el riguroso penalti señalado a Iñigo Martínez poco después del gol de Vela y por la expulsión de Gorka Elustondo que obligó a su equipo a jugar en inferioridad los últimos 37 minutos para caer de una manera más que digna.
Fue el triunfo de la experiencia del Levante sobre la bisoñez de la Real. Porque no es normal que un árbitro pite un penalti en la acción de Iñigo Martínez, pero el central cometió uno de esos pecados de juventud con los que se castiga sus problemas para medir su carácter. Debe evitar este tipo de acciones dentro del área porque se expone a que sean castigadas. Además luego perdió un balón en una zona en la que ni debía estar y ahí nació la jugada del 1-2.
Lo mismo se puede decir de la expulsión de Elustondo, que en este caso no admite ninguna duda porque las dos amarillas fueron claras. No se debe perder el balón como lo hizo con un mal control, pero agravó el error con una entrada a destiempo que puso a Álvarez Izquierdo la segunda amarilla en bandeja.
El colegiado catalán no ayudó nada a la Real porque no tuvo el mismo criterio riguroso en las dos jugadas en las que pudo señalar penalti en el área del Levante y en todas las acciones en las que debió amonestar a los visitantes. Pero no solo se puede explicar la derrota de la Real en el arbitraje. Otra clave estuvo en que un equipo cometió errores graves y el otro tiró de experiencia y apenas los cometió. Es el peaje que debe pagar la Real por jugar con tantos jóvenes.
Por eso el Levante ganó un partido en el que la Real jugó mejor, incluso con diez, pero solo fue capaz de encontrar fisuras en el entramado defensivo visitante en dos ocasiones. En la contra inicial que condujo Xabi Prieto, con un pase a Vela que materializó en un gran gol con la izquierda y en un gran servicio de Pardo sobre Diego Ifrán que desbarató Munúa.
Esa jugada debió hacer justicia porque la Real no mereció perder, pero cuando cometes más errores y el árbitro te castiga con tanta rigurosidad es difícil superar a un rival que sabe jugar como ninguno con el marcador a favor. Y eso que los blanquiazules jugaron mejor que nunca con diez, con mucha paciencia y una muy buena actitud, pero un Levante en ventaja es difícil de remontar. Por eso la clave estuvo en la jugada del penalti que lo condicionó todo.
Buen inicio de la Real
Ese gol celebrado por Barkero con una rabia especial que Anoeta le censuró -estuvo poco elegante al ganarse enemigos en la que quería que fuera su casa- cambió un partido que había comenzado muy bien con una clara ocasión de Elustondo que un asistente anuló de manera errónea y con el gol de Carlos Vela.
Pero el Levante consiguió empatar enseguida y la Real acusó mucho el golpe y tuvo unos malos minutos en los que Bravo estuvo tan acertado ante Koné como desacertado se mostró en la jugada del 1-2. El delantero del Levante fue una pesadilla para la zaga realista, que en ese segundo tanto no estuvo acertada porque Iñigo Martínez perdió el balón en una zona en la que no debía estar y nadie le cubrió las espaldas. Koné estaba en línea con la zaga realista y con su velocidad nadie pudo evitar que se presentara ante Bravo, que esta vez no tapó su disparo.
Entre los dos goles del Levante apenas se pudieron rescatar dos jugadas de la Real. En la primera Aranburu recortó bien dentro del área y su disparo fue repelido por el brazo de Ballesteros, aunque es verdad que estaba pegado al cuerpo. En la segunda una falta botada por Elustondo no fue enviada a la red por la zaga azulgrana por poco. El partido no daba más de sí y por eso el empate se podía dar por bueno cuando la Real concedió la contra que Koné aprovechó para poner el partido donde más le podía convenir a los de Juan Ignacio Martínez.
Porque si ya era complicado tener el marcador en desventaja ante un rival que sabe defender y perder el tiempo como ningún otro, Gorka Elustondo cometió dos graves errores en un par de segundos que obligaron a su equipo a hacer un esfuerzo extra para impedir la derrota.
La Real jugó mejor el segundo tiempo que el primero. A los que se quedaron en el campo nada se les puede reprochar. Lo dieron todo, tuvieron paciencia, jugaron bien hasta los últimos metros, pero allí se estrellaron contra el planteamiento defensivo del Levante. La llave para abrirlo estuvo en la jugada de Vela que no acertó a materializar. La Real asumió todo tipo de riesgos para intentar lograr el empate y el Levante los aprovechó en los últimos segundos para marcar el tercer gol de Xavi Torres. Si ya era injusto perder, el 1-3 fue un castigo excesivo.
Un cariacontecido Philippe Montanier apuntó que es una «derrota difícil» de digerir. «Hemos empezado bien el partido, pero el penalti ha desconcertado al equipo, hemos perdido un poco el sentido del juego». La puntilla fue el segundo gol: «Es duro, justo antes del descanso. Luego creo que hemos hecho un buen segundo tiempo diez contra once».
Preguntado por si el penalti fue la jugada clave, el técnico francés atribuyó ese calificativo al tanto de Koné, ya con el crono rondando el minuto 45. Se le insistió sobre el arbitraje, pero prefirió pasar de puntillas. «No voy a hablar sobre el arbitraje, desde hace muchos meses viene siendo difícil, pero no podemos hacer nada. Es un poco fatalista, pero es así», sentenció.
Juan Ignacio Martínez, técnico del Levante, se mostró muy satisfecho ante una nueva victoria que le permite continuar en puesto de Champions y, sobre todo y aunque suene extraño, por llegar a los 44 puntos y certificar la permanencia un año más en Primera. Respecto al desarrollo del choque, apuntó que «hemos salido del vestuario perdiendo, un gol con nuestras propias armas, en un contraataque». Alabó el poder de reacción de sus hombres y no quiso entrar a valorar el penalti que les permitió empatar rápidamente. En cuanto a la segunda parte, echó de menos mayor precisión en las salidas para haber sentenciado antes ante una Real «muy valiente» y volcada en inferioridad numérica. Imanol INTZIARTE
Los jugadores realistas tendrán hoy una sesión de recuperación a las once en Zubieta en abierto y mañana a la tarde se entrenarán a puerta cerrada antes de viajar a Madrid para jugar el sábado en el Bernabéu (20.00).
La Real no pudo lograr su quinta victoria consecutiva en Anoeta, lo que no ha obtenido en Primera desde 2005, cuando ganó a Sevilla (1-0), Zaragoza (2-1), Numancia (2-1), Osasuna (2-0) y Deportivo (1-0). En la temporada del ascenso (2009-10) sí se consiguieron ocho victorias consecutivas en Anoeta.