Admite vivir una semana especial ante el primer partido en Anoeta el domingo con otra camiseta distinta a la blanquiazul.

¿El del domingo es el partido más especial de su carrera?

Si no es el más especial será uno de los más especiales. Me enfrenté a la Real en Vallecas en la primera vuelta, pero si juego en Anoeta tendrá unas connotaciones muy diferentes para mí y eso hace que sea más especial.

¿Qué fue más triste, salir de la Real o hacerlo sin poderse despedir de la afición de Anoeta?

Lo más triste fue despedirme de la Real. Es difícil tener la despedida que uno sueña y la mía no lo fue, pero estoy agradecido a la Real porque tuve la oportunidad de dar una rueda de prensa en Zubieta, el club me apoyó en todo momento y puso los medios para que estuviera rodeado de amigos y gente cercana y, aunque no he podido despedirme en el campo, la despedida fue especial y me llenó.

Se fue como un señor, sin dar ningún problema en 15 años en la Real y sin aferrarse al contrato...

He tratado de no dar ningún problema a la Real, pero tampoco lo he tenido. Al revés, estoy muy agradecido. La Real me ha dado mucho más que yo a la Real y agradezco el trato recibido durante quince años desde los distintos estamentos. Todos queremos aportar lo máximo. Intenté hasta el último segundo cambiar la opinión de los técnicos y cumplir el año de contrato que me quedaba, pero no pudo ser. En la Real, como en todos los sitios, hay gente que debe tomar decisiones deportivas y, como deportista, la acepté. No guardo ningún rencor a nadie y estoy muy agradecido a todo el mundo.

Tras ver la situación de Ansotegi, ¿siente que incluso fue lo mejor que le abrieran la puerta y le dieran la opción de ir al Rayo?

Por eso no guardo ningún rencor ni ningún mal recuerdo. Agradezco que en ese momento me dijeran claro la idea que tenían de mí. Son cosas que como deportista y jugador de la Real no gusta escuchar. Pero, viendo la situación, la decisión errónea hubiera sido tapar los ojos y seguir en la Real. Aunque en su día se me hizo muy, muy duro ver que la etapa en la Real había acabado, hay que asumir las situaciones.

La despedida de los compañeros de Italia, el adiós de Jokin Aperribay en la web y su rueda de prensa de Zubieta no son habituales y reflejan que dejó huella...

Siento el cariño que me han dado estos años desde todos los estamentos y esos tres aspectos fueron muy especiales y estoy muy agradecido a todo el mundo.

¿Cómo sigue a la Real?

Aunque esté fuera, desde la distancia los sentimientos no se pueden quitar. He estado toda la vida siguiendo a la Real, media vida dentro del club. Por mucho que cambies profesionalmente de equipo, eso no lo puedes cambiar, lo llevas dentro. Y estoy contento por ver que he tenido que salir de la Real para dejar paso a la gente joven, veo muy bien esa apuesta y están ahí los resultados, con gente como Iñigo Martínez o Illarra a un gran nivel, Pardo, Cadamuro...

Es algo que la Real lo tiene que hacer. A todos nos gustaría vivirlo desde dentro, pero estoy contento porque he tenido que salir porque la Real sigue apostando por lo que es, por la cantera. Me gusta ver que el número 6 mío lo lleve Iñigo Martínez, me agrada que se apueste por gente de la cantera que lo está haciendo bien.

La Real está haciendo una buena temporada, pero cuando haces estos cambios y metes gente joven en el primer equipo se necesita un tiempo de adaptación para que los jóvenes le tomen la medida a la Primera. No es lo mismo que el filial, son situaciones diferentes dentro y fuera del terreno. Quizás los altibajos se deban a ello en una Liga muy igualada en la que a todos nos cuesta muchísimo ganar. La gente debe ser consciente de que la pelea de la Real es intentar afianzarse en Primera y, si se puede, pelear por algo más en el futuro.

¿Le comprometo si pregunto su opinión sobre Montanier?

No tengo ningún problema en hablar de Montanier. Aunque pueda parecer contradictorio, le estoy muy agradecido. Siempre fue claro conmigo, me respetó muchísimo como jugador y como persona. Y respondiendo a la pregunta, es un trabajo difícil hacer un relevo generacional y competir con gente joven cuando otros equipos fichan. Necesitan tiempo de adaptación y él, como técnico debutante en la Liga, también necesita su tiempo.

¿Con tanto joven es importante tener referencias en el vestuario como la suya o la de Mikel Aranburu?

No soy el más adecuado para hablar sobre mí, pero Mikel es una referencia para todos los jugadores que están y para los que han pasado. Sus números difícilmente los va a igualar otro jugador de la Real. Nos daremos cuenta de lo que ha hecho Mikel cuando no esté. Cada vez está más difícil alcanzar sus números, pero lo más destacable es lo que aporta dentro del campo y del vestuario. Es un ejemplo de lo que debe ser un jugador de la Real Sociedad.

¿Qué le gustaría que pase en el partido del domingo?

Profesionalmente soy del Rayo y, si juego, debo hacer todo lo posible por ganar a la Real porque es mi obligación y, aunque parezca contradictorio, porque es la mejor manera de demostrar mi respeto, cariño y aprecio que le tengo a la Real y a los componentes de la plantilla, que a parte de compañeros son muy amigos.

¿Y le gustaría recibir una ovación?

Si estoy en el campo con la camiseta del Rayo entiendo que la gente apoye a la Real. Debe hacerlo. Estoy muy agradecido a toda la afición realista, me ha tratado bien y a todo el mundo le gusta sentirse querido. Pero con todo lo que está en juego, sería demasiado egoísta pensar en estos momentos en eso.