Zaloa Iraola y Norma Maffare, representantes de los colectivos sociales convocantes de la huelga general, llamaron ayer a participar en la misma este jueves 29 de marzo en Euskal Herria. Los 21 colectivos sociales que, junto a ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT-LKN, EHNE e Hiru, exigieron en Bilbo la retirada de la reforma laboral y de negociación colectiva del Gobierno español del PP y que «dé marcha atrás en las anteriores reformas y medidas regresivas».

En Bilbo, presentaron la adhesión de 66 colectivos de Hego Euskal Herria que llamaron a la huelga general. Entre otros son AHT Gelditu Elkarlana, Andere Bidatz Talde Feminista, Arabako emakumeon asamblada, Askapena, Axola, Asociación Garaipen, Boltxe Kolektiboa, Ekologistak Martxan, Erromoko PTP Asanblada, Ezkuz-Ezkuz, Hala Bedi Irratia, Gazte Independentistak (Erromo), Gazte Komunisten Batasuna, Hegoak Elkartea, Herria 2000 Eliza, Kakitzak, Kaskagorri, Kimetz Kolektiboa, Malen Etxea, M15M, Mugarik Gabe, Red Navarra de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social y, entre otros, Stop Desahucios Bizkaia y Eguzki.

Los acontecimientos están demostrando que los recortes sociales y laborales no terminan con la más regresiva de las reformas laborales planteadas por el Gobierno español del PP, sino que ayer mismo la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) explicó que la reducción del déficit en el Estado español a los niveles previstos entre Mariano Rajoy y la Unión Europea supondrá «un recorte adicional de 55.000 millones». Esta realidad significará un mayor incremento de los recortes, lo que supondrá un nuevo incremento del desempleo, según confirmaron no sólo desde esa fundación sino de las centrales sindicales.

Ante esta situación difícil, quienes convocaron la huelga general en Euskal Herria, se reafirmaron en Bilbo en exigir «un reparto más justo de la riqueza, a través de la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores» y demandaron un nuevo «impulso en las políticas de creación de empleo, a través de la reducción de la jornada», lo mismo que en actuaciones que «incrementen el gasto social y el reconocimiento de los derechos sociales, de cara a mejorar el impulso de los servicios públicos».

Políticas injustas

Zaloa Iraola, portavoz de los grupos sociales y sindicales convocantes del paro general, insistió en que «ante estas políticas injustas que nos imponen, tenemos que responder de forma contundente y fuerte mediante la huelga general».

En ese sentido, Norma Maffare añadió otras medidas necesarias para salir de la crisis económica como es la consecución de una política «real y eficaz» de creación de empleo, unido a «una aplicación de una política fiscal justa y progresiva, que dé marcha atrás a las reformas aprobadas en las últimas décadas y que contribuya a un reparto más equitativo de la riqueza». En su opinión, es necesaria «una verdadera lucha contra el fraude fiscal» para equilibrar la política de ingresos y gastos de las haciendas públicas.

Consecuencias directas

Entretanto, en Barakaldo, colectivos sociales y sindicales se concentraron ante la ETT Randstad y denunciaron la reforma laboral y llamaron a la huelga. Se instalaron con un camping, una mesa, platos, etc para confirmar que «la reforma nos va a dejar sin nada, en la calle».

Porque, como explicaron trabajadores de La Naval, de la Acería Compacta de Bizkaia, de Nervacero, de ABB, de Grúas GAM Aldaiturrriaga, de empresas del Megapark y de los supermecados Día y Bide Onera «la reforma nos dejará sin derechos. Se permitirá el despido libre y las empresas podrán reducirnos el salario y hacernos trabajar más horas». Todos ellos denunciaron que en los dos últimos meses el paro en Ezkerraldea aumentó en un 11%. y sobrepasa el 20%.

Por otro lado, las centrales sindicales con representación en los puertos de Bilbo y Pasaia, UGT, LAB, ELA, CCOO, Coordinadora, Hiru, Sintrabi y Egas, llamaron a todos los trabajadores del entorno portuario a «comprometerse y sumarse a la huelga general ». Por su parte, la Plataforma «Marcha Mundial de las Mujeres de Euskal Herria» llamó a que éstas también hagan huelga ese día, que «no limpien, no cocinen, etc». Dijeron que es «una huelga doméstica para hacer ver que estas labores no son valoradas y no cuentan con derechos».