Los efectos de la huelga se vivieron de muy diferente manera en las instituciones de Hego Euskal Herria. Algunas pasaron de puntillas por la jornada de protesta, al no coincidir actividad programada alguna. Otras la mantuvieron intacta. Y esta vez también hubo instituciones que se sumaron a las protestas.

En medio quedó el Parlamento de Gasteiz, ya que PNV y PP no permitieron que se cambiase de fecha el pleno ordinario previsto para ayer. Los representantes de Aralar, EA y Ezker Anitza no se presentaron a la sesión, mientras que los del PSE aprovecharon sus intervenciones para reivindicar su derecho a la huelga.

Blanca Roncal, vicepresidenta de la Cámara autonómica, aseguró que su grupo parlamentario «quisiera haber podido hacer huelga para manifestar su oposición a la reforma laboral que recorta los derechos de los trabajadores».

Estas palabras dieron origen a un pequeño rifirrafe con la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga (PP) quien le exigió que se ciñera al tema que se estaba debatiendo en ese momento, la atención sanitaria en la Rioja Alavesa.

Minutos antes de las 11.00, varios cientos de personas se concentraron ante la sede del Legislativo para protestar por la celebración del pleno. Los concentrados, que proferían gritos a favor de la huelga y contra el capitalismo, arrojaron piezas metálicas, un bote de pintura y otros objetos contra el edificio. Al cabo de unos minutos, una furgoneta de la Ertzaintza apareció y los dispersó.

Posteriormente, los parlamentarios del PSE se ausentaron del pleno para sumarse a las manifestaciones convocadas a mediodía. El lehendakari, Patxi López, quien no se sumó a sus compañeros de formación, indicó que el Gobierno es el garante de derechos, tanto de los que querían trabajar como de los que querían secundar la huelga.

En el Parlamento de Nafarroa no había programado pleno, así que el PSN se evitó tener que decantarse y hacerle un posible feo a su socio de Gobierno.

En este herrialde, el diputado de Amaiur Sabino Cuadra participó en los piquetes informativos. Otros electos de estas formaciones también estuvieron en la calle.

La Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia, ambas gobernadas por Bildu, fueron dos de las principales instituciones que secundaron la huelga, que también contó con el respaldo explícito de otros consistorios vascos. Tanto el diputado general, Martín Garitano, como el alcalde de la capital, Juan Karlos Izagirre, se sumaron a la manifestación convocada a mediodía por los sindicatos abertzales

Ambos realizaron el recorrido juntos en la cola de la manifestación y declinaron hacer manifestaciones a los periodistas, al asegurar que el protagonismo correspondía a los sindicatos.

También se pudo ver a otros cargos como la diputada de Hacienda, Helena Franco, el director foral Jon Lasa, el concejal de Urbanismo de Donostia, Ricardo Burutaran, o el parlamentario de EA en Gasteiz, Juanjo Agirrezabala.

En el edificio de la plaza Gipuzkoa y en el de la calle Igentea había pancartas y carteles anunciando que la actividad estaba bajo mínimos.

PSE, PNV y PP, en sus despachos

Sin embargo, en el Ayuntamiento la oposición formada por PSE, PNV y PP se encontraba en sus despachos. «Para nosotros es un día normal», declaraba la edil del PSE Marisol Garmendia, en contradicción con sus compañeros en el Parlamento de Gasteiz.

El portavoz del PP, Ramón Gómez, se mostró muy activo en las redes sociales y ya a primera hora apuntaba que «todos a trabajar que hay que levantar el país». Más tarde, indicaba que «hoy San Sebastián no tiene alcalde porque está en huelga, pero yo estoy en el ayuntamiento trabajando por San Sebastián porque soy un empleado de los donostiarras».

Otras instituciones de relevancia, como las diputaciones de Araba y Bizkaia, y los ayuntamientos de Bilbo, Gasteiz o Iruñea se encuentran gobernados por formaciones que no respaldaban la jornada de protesta contra la reforma laboral.