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Acto de Aiete en el parlamento europeo

Powell: «Si quieren la disolución de ETA, deben comprometerse»

Cuando se cumplían exactamente dos años de la presentación de la Declaración de Bruselas, el camino abierto hacia un proceso resolutivo para Euskal Herria desembarcaba ayer de nuevo en la agenda europea. Y lo hacía en el Parlamento Europeo con un mensaje muy claro dirigido especialmente al Gobierno español: para llegar a una solución duradera y justa es necesario abrir un proceso, comprometerse y dialogar.

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Josu JUARISTI | BRUSELAS

«Si quieres la disolución de una organización armada, si quieres avanzar, debes implicarte, comprometerte y dialogar. Esto es lo que aprendimos en Irlanda», declaró Jonathan Powell, jefe de Gabinete de Tony Blair y una de las personas claves en el desarrollo del proceso de paz irlandés. Fue, además, firmante de la Declaración de Aiete de octubre junto a Kofi Annan, Gro Harlem Bruntland, Bertie Ahern, Pierre Joxe y Gerry Adams. De hecho, el acto de ayer fue convocado bajo el título ``Aiete Conference, a road-map for peace in the Basque Country?''.

Organizado por el grupo del Parlamento Europeo Friendship y el grupo parlamentario en la Cámara Verdes/Alianza Libre Europea, la iniciativa contó con cerca de un centenar de asistentes y participantes. La presentación corrió a cargo de Frieda Brepoels, diputada europea del partido independentista flamenco N-VA e integrante del Friendship, y en la mesa acompañaba también a Powell el diputado europeo corso François Alfonsi, otro de los motores y promotores del Friendship, el grupo que promueve un proceso de paz para Euskal Herria en la Cámara Europea.

Tras la conferencia de Jona- than Powell, tomaron la palabra los representantes del PSF (la senadora Frédérique Espagnac), Aralar (Iñaki Irazabalbeitia), PNV (Izaskun Bilbao), EB (José Navas), EA (Pello Urizar), Alternatiba (Xabier Soto) y Amaiur (Xabier Mikel Errekondo).

Pero no fueron los únicos que intervinieron, ni mucho menos. La sala Petra Kelly contó con la presencia de políticos y personalidades interesadas o implicadas directamente en el proceso político abierto en Euskal Herria. Se escucharon interesantes aportaciones y algunas preguntas dirigidas a Jonathan Powell.

Destacaron las aportaciones de Conor Murphy (diputado de Sinn Féin en la Asamblea de Belfast y antiguo prisionero político) y de Alberto Spektorowski (del Grupo Internacional de Contacto, sentado junto a su colega Raymond Kendall), pero también intervinieron electos de N-VA, eurodiputados de la alemana Die Linke, miembros del grupo de amistad con el proceso de paz del Parlamento suizo, y Ana Miranda (diputada por Europa de los Pueblos e integrante del Friendship).

Por encima de todos ellos, el protagonista fue Jonathan Powell, que dejó en todo momento claro que su papel no era decir a nadie qué debía hacer, sino transmitir la experiencia y algunas de las lecciones aprendidas. Marcó especialmente tres: «Si se avanza de golpe en la paz, como ocurrió en octubre pasado, uno puede quedar exhausto. De ahí la importancia de redoblar los esfuerzos y de avanzar, para que nada se eche a perder».

Una segunda: «La paz es un proceso, no un acontecimiento. Si no hay proceso, surge un vacío y eso se acaba llenando con violencia. De ahí que haga falta un proceso para llegar a la solución y esto es aplicable también para el País Vasco y para España. No se puede llegar a un acuerdo si no hay proceso».

Y la última: «Un conflicto no desaparece solo por desear que desaparezca. El Gobierno exige la disolución de ETA, pero una organización así no se disuelve sin más. El propio jefe de Policía de Irlanda del Norte nos decía que hacía falta negociar para resolver el problema. Nosotros hablamos con el IRA, por ejemplo sobre la entrega de armas. Sin compromisos no se puede avanzar. No se consiguen las cosas por arte de magia».

Powell evocó los acuerdos alcanzados en el norte de Irlanda, compromisos que incluyen la inutilización de los arsenales del IRA, pero subrayó que para lograr eso es preciso abrir una negociación, crear unos mecanismos y abrir marcos para adoptar compromisos.

Más tarde, ante los periodistas, fue un poco más explícito sobre este punto dirigiéndose al Gobierno español: «Si quieren la disolución, si quieren avanzar, deben implicarse, comprometerse y dialogar».

El antiguo jefe de Gabinete del entonces primer ministro británico Tony Blair y una de las figuras claves en el proceso irlandés, abordó también la cuestión de los prisioneros. «No se les puede dejar en el limbo, hace falta un mecanismo para resolver esta cuestión». Powell agregó que si no se responde a estas necesidades la solución no puede ser duradera.

Abogó en todo momento por gestionar con mucho cuidado el tránsito hacia la paz y recordó que la Comision de Verificación ya ha confirmado que la actividad armada de ETA se ha acabado para siempre.

A continuación, subrayó que en la Declaración de Aiete pidieron compromisos a todas las partes y aunque dijo comprender que Mariano Rajoy tenga otras preocupaciones, manifestó con rotundidad que hay una oportunidad de resolver el conflicto político que no se puede desperdiciar.

Jonathan Powell incidió en el segundo punto que caracterizó la cita de ayer, la necesidad de que la Unión Europea apoye e impulse el proceso abierto. «Insto a la UE a estudiar medidas que nos ayuden en ese camino, igual que hizo con Irlanda». Obviamente, dijo ser consciente de que la Comisión, el Parlamento y el Consejo europeos no van a liderar nada, pero recalcó que su apoyo es importante.

En el caso irlandés, la Unión Europea contribuyó con programas específicos (tanto económicos como políticos) al proceso y Powell se mostró a favor de que la UE fije y aplique un conjunto de medidas comunes o extrapolables a todos los conflictos internos, una especie de modelo europeo basado en uno de los objetivos de la acción exterior europea: prevenir conflictos.

François Alfonsi, por su parte, afirmó que «la paz en el País Vasco es fundamental para toda la UE» y pidió a las instituciones que apoyen el proceso, «porque no pueden ser indiferentes a las tensiones existentes en su seno». Frieda Brepoels agregó que trasladarán el mensaje de Jona-than Powell al debate europeo.

Aportaciones desde el público

Sobre uno de los puntos fundamentales de la intervención de Powell («para avanzar es fundamental abrir un diálogo político incluyente») realizó una interesante aportación el irlandés Conor Murphy. «Los dos gobiernos -afirmó en relación al español y al francés- tienen que participar con generosidad en este proceso y deben garantizar la paz abordando las causas del conficto. Tiene que haber medidas de creación de confianza y el Gobierno español debe participar en ello; no basta con poner una exigencia detrás de otra, deben participar en el proceso».

Murphy, que tomó parte en el proceso de paz irlandés, otorgó una gran importancia a que las organizaciones armadas «deben poder separarse de sus armas de una forma segura, es necesario negociar y pactarlo».

«Estos procesos no pueden ser unilaterales -apuntó Murphy-; los gobiernos tienen una gran responsabilidad». Ana Miranda pidió «medidas democráticas de apoyo al proceso».

A preguntas de GARA, Conor Murphy insistio en la idea de que «el alto el fuego no significa en sí mismo la paz, sino el inicio del proceso de paz», y llamó a reforzar la presión internacional, también desde la UE, sobre el Gobierno español.

El diputado de Sinn Féin tampoco eludió la cuestión de las víctimas, que fue abordada en casi todas las intervenciones. «Respeto a las víctimas -afirmó- y búsqueda de la verdad son claves, pero las víctimas no pueden bloquear el proceso». Al respecto, Powell constató que estos conflictos crean víctimas, dolor y odio y que hay que reconocer todo ello y compensarlo, pero recordó que llegar a algún tipo de verdad y de reconciliación lleva tiempo. «Hay que lograr que nadie se quede atrapado en el pasado», concluyó.

Spektorowski ofreció a los presentes un breve resumen del rabajo realizado por el Grupo Internacional de Contacto y fijó con claridad sus objetivos. «Facilitar la normalización política, incluyente y transparente, con la legalización de la izquierda abertzale -de Sortu, concretó- y con pasos concretos para promover el diálogo entre partidos políticos que fijen lugares compartidos para avanzar. Buscamos, además, ayudar a construir un marco jurídico que dé estabilidad y llamamos a los gobiernos español y francés a adoptar un enfoque constructivo en este momento».

Posteriormente, Alberto Spektorowski respondió a preguntas de «Berria» y GARA y mostró su confianza en que los gobiernos «recapaciten». En su opinión, además de legalizar Sortu y propiciar un diálogo normalizado, los ejecutivos pueden avanzar ya en la cuestión de los presos «porque -matizó- el precio político que pagarían por hacerlo es casi mínimo».

Próxima reunión en Bilbo

Anunció que el Grupo se reunirá probablemente a finales de mes en Bilbo. «Ahí tendremos más información, hablaremos de las estrategias a seguir, de los contactos con el Grupo de Verificación, de cómo llegar a las víctimas, del relato histórico y de contarse la verdad entre todos, incluso de la justicia transicional, algo muy arduo», señaló.

Tras el acto, Xabier Mikel Errekondo ofreció su valoración. «Es necesario un diálogo entre todos los agentes», declaró el diputado de Amaiur, para solicitar a continuación a la UE «compromiso y apoyo». Llamó a perseverar con paciencia y a dar pasos contando con todos los agentes implicados.

Los partidos vascos presentes en Bruselas, en intervenciones de cuatro minutos para cada uno, desgranaron sus posiciones ya conocidas en Euskal Herria ante la audiencia europea. Hubo también un mensaje explícito de ánimo y saludo a Arnaldo Otegi y al resto de condenados del «caso Bateragune», en boca de Xabier Soto.

El cierre del acto fue netamente optimista. Jonathan Powell señaló: «Soy optimista. Creo que se va a resolver, no de un día para otro, pero sí con paciencia y compromiso, y con el impulso de la sociedad».

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