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Crónica | Bilbo, el transporte urbano

«Bastante menos movimiento que un domingo»

EL gobierno de Lakua había fijado en el 30% los servicios mínimos en el transporte público, pero su uso estuvo muy por debajo. Personal de Bizkaibus señaló, por ejemplo, que ayer trasladaron menos del 10% del número habitual de viajeros, y en muchas estaciones equipararon el movimiento de usuarios al de un domingo «o incluso menos».

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Nerea GOTI

La huelga dejó ayer en Bilbo una estampa similar a la de un día festivo, en lo que a tráfico y actividad urbana se refiere. Solo las masivas manifestaciones de los sindicatos llenaron el centro de la ciudad, cuya actividad se redujo a mínimos en sectores como el transporte. A tenor de las impresiones recogidas entre profesionales del sector en la capital vizcaina, hubo mucho menos tráfico de viajeros. Quienes estuvieron al frente de los servicios mínimos -un 30% de lo habitual, fijado por el decreto del Gobierno de Lakua- señalaron a GARA que el uso estuvo muy por debajo.

«No hay ni un 10% de lo habitual», señalaba por la mañana un conductor de Bizkaibus sobre la incidencia de la huelga, y añadía un dato representativo del alto seguimiento que tuvo el paro: «Otras veces, la víspera de la huelga la gente no hace más que preguntar qué autobuses van a circular y cuáles se van a quitar, pero ayer casi no preguntaron, porque no pensaban coger el autobus», explicaba. «Hay mucha menos gente y los viajeros que hemos movido hoy no son gente habitual», precisaba este chófer, que se confesaba buen conocedor de los seguimientos de las huelgas, porque en las últimas convocatorias no se ha librado de cubrir los servicios mínimos.

Igual de gráficas eran las impresiones recogidas en Termibus, donde la empleada de un establecimiento que por la mañana mantenía sus puertas abiertas decía que el de ayer era «el peor día del año». «Ni en Año Nuevo», apostillaba sobre la escasa afluencia de viajeros.

En Termibus, a media mañana apenas una decena de viajeros esperaba la salida de su autobús. «La gente no está viajando», señalaban sobre la incidencia de la huelga en las pocas ventanillas que estaban abiertas con el cartel de «Servicios Mínimos». Una de las empleadas comentaba que el servicio que más había funcionado durante el día era el telefónico para la reserva de billetes en verano y agregaba que la mayor parte de los clientes del día eran turistas extranjeros, que se estaban encontrando completos los autocares que circulaban ayer.

En la estación de Abando, terminal de los trenes de cercanías  a Urduña y Muskiz y de largo recorrido de Renfe, confirmaban que los pasillos no mostraban el ritmo habitual de usuarios a horas de máxima frecuencia. «Como un domingo o menos», resumían.

Otro de los puntos de especial incidencia fue el areopuerto de Loiu, donde el comité denunció el incumplimiento de servicios mínimos. Fuentes sindicales señalaron a GARA que «desde la mañana» la dirección del aeropuerto autorizó vuelos al margen de los protegidos por los servicios mínimos, ante lo que los representantes sindicales se reunieron con la propia dirección para denuncar la vulneración de los servicios que se h- abían pactado.

«Les hemos dicho que no podían meter más vuelos porque estaban autorizando vuelos sin medios para atenderlos», explicaba José Manuel Lorenzo, quien destacó que «estamos hablando de medios que afectan a la seguridad, porque no hay bomberos, no hay señaleros, no hay gente que asigna los medios...»

De entre los vuelos protegidos, cuatro fueron cancelados por falta de pasajeros o medios para sacarlos adelante, según precisó, y en total fueron unos 74 los vuelos que resultaron cancelados por efecto de la huelga en la terminal vizcaina.

 

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