La cumbre de Bagdad escenifica las diferencias árabes sobre Siria
La cumbre de la Liga Árabe, que volvió a Bagdad después de dos décadas, mostró su apoyo al diálogo para resolver el conflicto sirio, demandó la aplicación inmediata del plan de Kofi Annan y rechazó una intervención militar, pero el acuerdo no ocultó las diferencias entre los países árabes. Las monarquías del Golfo, con una representación de bajo perfil, no vieron reflejada su apuesta por armar a los insurgentes.
GARA | BAGDAD
Los dirigentes árabes reunidos ayer en la cumbre de la Liga Árabe en Bagdad alcanzaron un acuerdo para expresar su apoyo al pueblo sirio, pero mostraron sus discrepancias ante el conflicto, sobre todo en su actitud hacia el régimen de Bashar al Assad, excluido de la reunión tras la suspensión de la participación de Siria en la Liga Árabe el pasado noviembre. El Gobierno sirio ya había adelantado que rechazaría toda nueva iniciativa que se adoptara sin su presencia.
La cumbre, que se llevó a cabo en Irak por primera vez desde hace veinte años, contó con muchas caras nuevas tras los cambios provocados por las revueltas en varios países miembros. Comenzó con un discurso del presidente del Consejo Nacional de Transición libio, Mustafá Abdeljalil, cuyo país tenía hasta ayer la presidencia de turno de la cumbre. La última cumbre árabe se llevó a cabo en Sirte (Libia) y fue presidida por el coronel Muamar Gadafi.
Abdelajil pidió a los reunidos que adopten «una posición fuerte para solucionar la crisis siria». Finalmente, los líderes árabes adoptaron una resolución que pide diálogo, condena las violaciones de derechos humanos contra civiles y rechaza toda intervención militar, un texto muy alejado de las posturas que defienden las monarquías del Golfo encabezadas por Arabia Saudí y Qatar.
La resolución aprobada después de cinco horas de reunión, demandó al Gobierno sirio y a todos los componentes de la oposición que adopten «una actitud positiva» desarrollando «un diálogo nacional serio basado en el plan presentado por la Liga Árabe y la resolución adoptada por la Asamblea General de la ONU». Los líderes árabes se mostraron «a favor de la unidad y la estabilidad de Siria y opuestos a toda intervención militar». En cuanto a la demanda de unificación de los grupos opositores, pide que «elaboren sus proyectos para llevar a cabo un diálogo que logre una vía democrática como la que desea el pueblo sirio».
Declaración sin sorpresas
La declaración apoya «el legítimo deseo de libertad y democracia del pueblo sirio que quiere elegir su futuro, así como «una transferencia pacífica del poder».
Igualmente, denuncia «la violencia, los asesinatos y el derramamiento de sangre», pronunciándose a favor de «una solución política a través de negociaciones nacionales, rechazando la injerencia extranjera en al crisis siria».
Finalmente, apoyan la misión de Kofi Annan para entablar negociaciones políticas entre el Gobierno y la oposición sobre la base de la iniciativa aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU y la Liga Árabe. El plan de paz presentado por Annan prevé el cese de la violencia por todas las partes, el suministro de ayuda humanitaria, y la liberación de los detenidos de forma arbitraria. De los 21 jefes de Estado invitados, nueve estuvieron presentes. Arabia Saudí y Qatar, los dos países que encabezan la beligerancia contra Al Assad en el mundo árabe, solo enviaron a responsables de segundo nivel. Ambos países dan prioridad a armar a la insurgencia sobre las medidas diplomáticas, una medida que fue rechazada firmemente por el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.
El primer ministro de Qatar afirmó el miércoles que el bajo perfil de su delegación constituía un mensaje para las autoridades iraquíes. Qatar «no boicotea la cumbre, quiere sobre todo enviar un mensaje a nuestros hermanos iraquíes», declaró el jeque Hamad ben Jassem al-Thani. Qatar preside la comisión encargada del conflicto sirio en el seno de la Liga.
«Por nuestra experiencia en Irak, armar a los dos bandos en el conflicto conduce a una guerra regional e internacional por el poder en Siria», afirmó, por su parte, Maliki. «Preparará el terreno para una intervención armada extranjera en Siria, lo que llevaría a atentar contra la soberanía de un país árabe hermano», añadió.
A excepción de Túnez, ningún país pidió directamente la salida de Al Assad. Moncef Marzuki, presidente tunecino, aseguró que «hay que aumentar la presión y convencer a los últimos aliados de que el régimen está muerto, que debe acabar y que no tiene futuro».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon pidió al presidente sirio que aplique sin retraso el plan presentado por el enviado especial de este organismo, Kofi Annan.
Ayuda humanitaria
Por otra parte, la misión de evaluación humanitaria llevada a cabo en Siria por personal técnico de la ONU y de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) concluyó que al menos un millón de sirios necesita actualmente ayuda humanitaria en las zonas que pudo visitar hasta el pasado 26 de marzo.
Entre ese millón de sirios hay «personas afectadas directamente por la violencia y las que resultaron heridas o tuvieron que abandonar sus hogares y que han perdido el acceso a los servicios esenciales, así como las familias que los acogen ahora», indicó el portavoz de la ONU, Eduardo del Buey.
Explosión
A pesar de las excepcionales medidas de seguridad que rodearon la cumbre y de que esta se desarrolló en la denominada «zona verde», la zona especialmente protegida desde la ocupación de Estados Unidos, un obús de mortero cayó cerca de la embajada iraní. Según fuentes policiales, el proyectil no causó víctimas. Jihadistas iraquíes llamaron durante la semana desde internet a «bombardear el cuartel general de la cumbre árabe».
El primer ministro iraquí, por su parte, advirtió de Al Qaeda podría «subirse a la ola de levantamientos árabes. Lo que más tememos es que Al Qaeda, después de haber sido vencida en Irak, encuentre nuevas debilidades en los países árabes que se enfrentan a importantes convulsiones». Irak sigue siendo escenario de frecuentes ataques. La última ola de atentados, el pasado 20 de marzo, dejó al menos medio centenar de muerto
Además del conflicto sirio, la cumbre abordó la cuestión palestina, la crisis de Somalia y el armamento nuclear de Israel.
También Sudán llevó a la cumbre su situación tras la secesión de Sudán del Sur. Fuertemente endeudado, ha perdido miles de millones de dólares provenientes del petróleo, y demandó ayuda al resto de dirigentes árabes. «Esperamos vuestras inversiones en diferentes sectores», pidió el presidente sudanés Omar el-Bechir.
Las exportaciones de crudo de Sudán cesaron en julio con la independencia de Sudán del Sur, donde se encuentra la mayor parte de los yacimientos. Antes, casi las tres cuartas partes de la producción petrolífera llegaba del sur del país y contribuía hasta el 85% de los ingresos de exportación de Jartum.
El presidente sirio, Bashar al Assad, confirmó ayer que ha aceptado el plan del mediador internacional Kofi Annan e indicó que ha presentado observaciones sobre su aplicación ante el temor de que los «grupos armados» se aprovechen de la situación, por lo que pidió que tanto la oposición armada como los países que financian y arman a estos grupos también cesen en sus acciones. «Siria, en el marco de su estrategia de poner fin a la crisis, ha aceptado la misión encomendada a Kofi Annan y confirma que no ha escatimado esfuerzos para que esta misión tenga éxito», dijo Al Assad en un mensaje enviado a los líderes del grupo BRICS reunidos en Nueva Delhi.
Pero, a la vez, el Ejército sirio intensificó sus operaciones contra la insurgencia, lo que, a juicio de Estados Unidos, supone violar el plan que dice haber aceptado. A su vez, la alta comisaria de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, advirtió al presidente sirio de que «hay suficientes pruebas» para procesarlo por crímenes contra la humanidad, a la vista de «actos horribles» cometidos por su Ejército. Ayer los tanques sirios tomaron al asalto Qalaat al-Madiq, ciudad en el centro del país, asediada desde hace dos semanas. Según la oposición, los combates dejaron al menos 13 muertos en esta ciudad. También hubo enfrentamientos en Homs, Deraa e Idleb. En total, al menos 40 personas murieron en el país, la mayoría en la periferia de Damasco y en Homs, pero también en Alepo, y Deir al Zoor, según los grupos opositores. GARA
Irán subrayó ayer que defenderá a Siria por su resistencia antisionista, según indicó el líder supremo iraní, el ayatolah Ali Jamenei, al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
El ministro británico de Exteriores, William Hague, anunció una nueva donación de Gran Bretaña a la oposición siria de 500.000 libras (unos 600.000 euros), que no deberá ser destinada a comprar armamento. En los últimos ocho meses, el Ejecutivo británico ya ha donado 450.000 libras (540.000 euros) a los grupos opositores sirios.
Hana Shalabi, la presa palestina que mantenía desde el 16 de febrero una huelga de hambre para denunciar que permanece detenida sin cargos por las autoridades israelíes, ha llegado a un acuerdo por el que pondrá fin a su ayuno a cambio de vivir exiliada durante tres años en la Franja de Gaza, según sus representantes.
Irak y Kuwait escenificaron su reconciliación con una visita histórica a Bagdad del emir Sabah Al-Ahmad Al-Sabah, más de veinte años después de la Guerra del Golfo y de la invasión de Kuwait por las tropas de Sadam Hussein. La visita del jeque Sabah fue además la única de un dirigente del Golfo en la cumbre que marcó el regreso de Irak a la arena diplomática árabe. El jeque expresó su «gran alegría por haber puesto el pie sobre el suelo del Irak amigo, ahora que este país ha recuperado su libertad, su dignidad y su democracia después de una época de oscuridad». El emir afirmó que su país «intenta superar los sufrimientos y las heridas» del pasado. Durante las últimas semanas se venían multiplicando los signos de acercamiento, como la visita del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki al emirato el 14 de marzo, cuando declaró querer poner punto final a todos los contenciosos de los últimos años. El pasado miércoles, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a Bagdad que respete sus obligaciones, «sobre todo en lo concerniente a las compensaciones, las fronteras y los desaparecidos» kuwaitíes en tiempos de Sadam Hussein.
La visita de Maliki permitió lograr un acuerdo sobre la compensación a la compañía Kuwait Airways, cifrada en 500 millones de dólares. Kuwait Airways exigía 1.200 millones de dólares por la incautación de diez aviones comerciales y el aeropuerto durante la invasión. Aun queda pendiente la cuestión de las reparaciones de guerra por siete meses de ocupación de Kuwait, que actualmente representa el 5% de los ingresos iraquíes por petróleo y gas, y que Bagdad quiere aligerar, además de problemas fronterizos. GARA