Martxelo Díaz Periodista
Ya hay amnistía, pero solo fiscal
Los que han optado por el inmovilismo ante el proceso abierto en Euskal Herria han repetido hasta la saciedad que no es posible una amnistía porque la Constitución española lo prohíbe. Han utilizado este argumento para enrocarse en la defensa de una política penitenciaria basada en la conculcación de los derechos de los presos a pesar de que la mayoría social vasca y numerosos agentes internacionales les han reclamado un cambio para poder avanzar hacia un futuro nuevo.
Estaba claro que solo se referían a los presos políticos, porque se acaban de sacar de la manga una amnistía para los defraudadores al fisco. En este caso, parece que no hay ningún problema en buscar un encaje constitucional al tema. Aunque, a decir verdad, la Constitución ya no es lo que era, después de que la reformaran para meter con calzador el techo de gasto público. Pese a todo, la Constitución sigue estando blindada a cal y canto para todo lo que tenga relación con Euskal Herria. Ahí no hay reforma exprés ni amnistía que valga.
Pero lo mejor es escuchar al vicepresidente segundo navarro, Álvaro Miranda, diciendo que realmente la amnistía fiscal no es perdonar a los que llevan años estafando al fisco sino que la medida es ¡una persecución!
«Una persecución» dice, y se queda tan ancho. Persecución es lo que están haciendo con los delegados de LAB tras la huelga general. Lo otro es hacer la vista gorda con los que practican el fraude fiscal, de donde se podrían sacar fondos suficientes para no tener que llevar a cabo los recortes que ordena Madrid y que el Gobierno navarro obedece sin rechistar.
Cobrar el 10% del dinero negro que aflore voluntariamente no es perseguir nada sino convertirse en cómplice de los defraudadores. Y Miranda dijo esas palabras el mismo día que miles de navarros recibimos una carta firmada por el vicepresidente en la que se nos informaba de que nuestra declaración de la renta ya está preparada. En la misma decía que en estas épocas es necesario el esfuerzo de todos. Pero de algunos más que otros. Sí, me ha tocado a pagar. Y más de un 10%.