Samuel Sánchez (Euskaltel) se ha convertido en un especialista en apuntarse las victorias con final en Arrate. Lleva tres consecutivas y sabía que en la Subida eibarresa iba a ser por lógica uno de los corredores más controlados. Así lo reconoció antes de tomar la salida, aunque después, en la llegada, añadiera que si le hubiesen preguntado por la mañana cómo veía las cosas no hubiera apostado por él.

«Ha sido una etapa calcada a la del último año, pero si me hubieran preguntado esta mañana -por ayer- hubiera apostado a que no ganaba», dijo tras la etapa el campeón olímpico desde Beijing'2008 que se enfundó el maillot de líder acompañado de su hijo en el podio.

Un Samuel Sánchez para el que la zona de Arrate tiene ya un significado muy particular. «Es especial ganar en Arrate porque, de todas las subidas que tenemos aquí, seguramente es la más mítica y para mí la más emblemática», explicó.

El jefe de filas del Euskaltel acabó muy satisfecho de la labor de sus compañeros, de quienes destacó que «hoy -por ayer- y durante toda la Vuelta están fenomenal». Se congratuló de que las cosas les están saliendo puesto que el equipo vasco acostumbra a preparar bien esta carrera en especial «la mentalización, que es fundamental»

Todo por decidir

A pesar de la alegría por el triunfo en la primera de las etapas claves de la ronda vasca, en la que también se ha puesto de líder en la general, el corredor asturiano dijo que no ve «prácticamente nada» decidido sobre el desenlace final de la prueba.

«De la clasificación general no sabemos prácticamente nada todavía porque queda mucha carrera. Empezando por la etapa de mañana -por hoy- con final en el alto de Ibardin, de primera categoría, que se va a hacer muy dura. Ahora lo que hay que hacer es ir salvando obstáculos y esperar a ver qué pasa en la etapa del sábado -la contrarreloj individual de 18,9 kilómetros en Oñati-, comentó el ovetense.