José María Olazabal ya está en la 76ª edición del Masters de Augusta, el torneo del que guarda dos chaquetas verdes y el derecho de por vida a participar que se concede a los ganadores. Recuperado de una lesión en el pie, si la anunciada lluvia lo permite, estará hoy en el 'tee' del uno, el lugar que aún «le pone el bello de punta y una corriente le llega hasta la nuca».

El hondarribiarra, que también tiene un sitio en la cena de campeones -este año a cargo del sudafricano Charl Schwartzel- ya se había emocionado durante este acto previo a los cuatro días de torneo recordando las ediciones que compartió con Severiano Ballesteros.

Ahora toca centrarse ante una cita que vuelve a mirar a Tiger Woods, ya que ha vuelto a ganar tras 30 meses de sequía. Su título del PGA Tour (Bay Hill) le ha devuelto su papel de favorito para el asalto a su quinto Masters. A sus 36 años, el californiano persigue su decimoquinto grande, por los 18 de Jack Nicklaus, conocido como el Oso Dorado. Otro nombre suena tanto como el del Tigre, y es el de Rory McIlroy. Este irlandés de 23 años y carrera fulgurante -segundo del ránking mundial- llega con las pilas cargadas y con la lección que aprendió el año pasado, en donde tiró el título en dos hoyos nefastos (10 y 11).

El ranking mundial, con los ingleses Luke Donald (líder) y Lee Westwood (tercero), el ascenso de Hunter Maan al cuarto puesto (el mejor estadounidense), la forma de Phil Mickelson y la deWoods abre un 'Grand Slam' 2012 apasionante.