Los tuareg ponen fin a su rebelión mientras se agrava la crisis en Mali
Los rebeldes tuareg anunciaron el fin de sus operaciones en Azawad tras hacerse con el control del territorio que reivindican al norte de Mali, donde la crisis humanitaria se agrava por la falta de ayuda. La Junta Militar que derrocó al presidente el 22 de marzo en Mali, sumido en el caos, pidió la intervención militar extranjera para hacer frente a la rebelión tuareg y a los ataques del grupo islamista Ansar Dine.
GARA | BAMAKO
El Movimiento de Liberación Nacional Azawad (MLNA) anunció el fin de sus operaciones militares -en vigor desde la madrugada del ayer- tras haber tomado el control de los territorios que reclama y un día después de que la ONU pidiera el fin de las hostilidades, mientras cientos de civiles huían de las regiones en las que se han registrado combates en las últimas semanas y donde se agrava la crisis humanitaria.
La situación se complica para la Junta Militar que gobierna el país desde el golpe de Estado del 22 de marzo. Azawad, al norte de Mali, está en manos de la rebelión tuareg y el grupo islamista Ansar Diner, vinculado a Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que ha tomado el control de Kidal y Gao -donde ayer un grupo islamista ocupó el consulado de Argelia y detuvo a los diplomáticos- y dijo tener bajo control Tombuctú, aunque el MNLA aseguró haber recuperado «la perla del desierto».
Tanto la Junta Militar como el Consejo de Seguridad de la ONU vinculaban a los tuareg con el grupo islamista, pero el MNLA desmintió ayer cualquier relación con Ansar Dine. «El MNLA mantiene su posición ante los medios de comunicación mafiosos (que publican estas informaciones) y se desmarca de la organización Ansar Dine y de otras que se interponen en el camino de la liberación del Azawad», apuntó.
Para hacer frente a ambas ofensivas, pretexto que los militares utilizaron para derrocar al presidente,Amadou Toumani Touré, el líder de los golpistas, Amadou Haya Sanogo, pidió una intervención militar extranjera en el norte del país tras advertir de las consecuencias que para África tendría la toma de control de esa zona por los islamistas.
«Si las grandes potencias han sido capaces de atravesar los océanos para luchar contra esas estructuras integristas en Afganistán, ¿qué les impide venir aquí?», señaló Sanago en una entrevista publicada ayer.
La petición obtuvo respuesta, aunque no la esperada por Sanago, al descartar el Estado francés una solución militar. Precisamente delegados del Estado francés y EEUU se reunieron con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en Abidjan para discutir sobre un posible despliegue de una fuerza militar en Mali.
Ayuda suspendida
El Ministro de Defensa de Costa de Marfil, que presidió la reunión, Pablo Koffi Koffi, solicitó a los presentes una «hoja de ruta» que ayude a garantizar el «retorno de la legalidad» en Mali y que vaya más allá de las sanciones.
Además de la CEDEAO, la Unión Africana (UA) y EEUU han aplicado sanciones a Mali tras la asonada militar y muchos países y ONG han suspendido sus ayuda. Las sanciones y la falta de ayuda humanitaria se ha convertido en un verdadero problema, sobre todo en el norte, donde decenas de miles de personas han abandonado sus hogares huyendo de los ataques y combates y carecen de recursos. Así, la crisis humanitaria, eterna sombra que planea sobre el continente africano, se agrava.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer a los militares golpistas el inmediato cese de la violencia y los saqueos, así como el retorno del país al orden constitucional. Ban se sumó a la condena del Consejo de Seguridad.
La Junta Militar se vio obligada a posponer la Convención Nacional prevista para ayer ante la falta de apoyo de los partidos políticos y organizaciones sociales malienses, que se negaron a participar argumentando que del encuentro no saldría un Gobierno legítimo ni restauraría el orden constitucional. Los golpistas insisten en buscar el consenso de todas las sensibilidades y llevar a cabo la reunión en próximas fechas.
El primer ministro senegalés, Abdoul Mbaye, conformó ayer un Gobierno integrado por 25 personas con el que pretende hacer realidad el compromiso del nuevo presidente, Macky Sall, de proporcionar un mejor nivel de vida a sus compatriotas.
Destacadas personalidades de la oposición al expresidente Abdoulaye Wade integran el Ejecutivo, en su mayoría afiliados a la Agrupación para la República (APR), liderado por Sall.
El famoso cantante Youssou Ndour, cuya candidatura a las elecciones presidenciales fue invalidada por el Consejo Constitucional por no contar con las firmas suficientes para respaldarla, entra en el Gobierno como titular de Cultura y Turismo.
El Ministerio de Economía y Finanzas lo ocupará Amadou Kane, banquero y economista que deberá sanear las finanzas públicas y restablecer la confianza de los inversores y los proveedores de fondos.
Agustin Tine asume el ministerio de Defensa e Ibrahima Sall se responsabiliza de la cartera de Educación, un sector paralizado desde hace cuatro meses por una huelga que amenaza con invalidar al año académico, tanto en las universidades como en los centros de secundaria.
Ali Haidar, de origen libanés y figura emblemática del movimiento ecologista, es el titular del Ministerio de Ecología y Protección de la Naturaleza.
En el nuevo Ejecutivo hay seis mujeres y en sus manos estarán los ministerio de Sanidad y Acción Social, Justicia, Comercio, Industria y Artesanía, Ganadería, Urbanismo y Vivienda y Mujer y Niños. GARA
El Fondo Monetario Internacional dijo ayer que deberá vigilar «atentamente» la situación en Mali después de que el golpe de Estado incitara a los funcionarios de la institución a dejar el país.