«Grupo 7» es un tenso thriller policial en escenarios sevillanos
El trailer de «Grupo 7» es muy impactante y, a nada que la película consiga mantener ese ritmo trepidante de la acción en las originales localizaciones sevillanas, el éxito está asegurado. Alberto Rodríguez intenta aportar realismo al género policiaco desde una perspectiva histórica.Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
«Grupo 7» ofrece una óptica realista del género policiaco, algo raro de ver en el mercado interior salvo cuando se trata de Enrique Urbizu. El sevillano Alberto Rodríguez ha investigado en la crónica histórica de su ciudad para recrear unos hechos que tuvieron lugar antes y durante la Expo del 92. Las autoridades quisieron limpiar el centro turístico de delincuencia, en un plan que consistía en desplazar esa imagen no grata de Sevilla hacia los barrios marginales de la periferia. Uno de las brigadas policiales a las que se asignó la misión fue el denominado Grupo 7, que venía dedicándose a actuar contra la prostitución y el tráfico de drogas.
Y a partir de aquellos hechos surge una ficción consistente en poner rostro y drama personal a los integrantes del citado cuerpo policial. Son los secundarios los encargados de dar peso al retrato colectivo, labor en la que destacan gratamente Joaquín Núñez y José Manuel Poga. Mientras tanto, el protagonismo se dirime entre el joven Mario Casas y el más experimentado Antonio de la Torre, quienes consiguen complementarse alterando la relación ya establecida entre el policía bueno y el policía malo. El chico parece más idealista la principio, pero su ambición más allá de la vida que le espera junto a su novia y empieza a bordear la corrupción. Su veterano compañero, por el contrario, es un solterón amargado que encuentra el camino de la redención junto a una mujer abandonada.
Ante la lógica susceptibilidad que puede acarrear la presencia del televisivo Mario Casas, conviene matizar que Alberto Rodríguez es todo un consumado director de interpretes noveles, que sabe sacar mucho rendimiento de los que están empezando o no han encontrado todavía su registro. Baste recordar que con «7 vírgenes» logró hacer funcionar a la pareja estelar formada por Juan José Ballesta y el debutante Jesús Carroza. Ballesta ganó el Premio al Mejor Actor en el Donostia Zinemaldia, y Jesús Carroza, por su parte, se llevó el Goya de Mejor Actor Revelación.
De cualquier modo «Grupo 7» es una de esas películas que, al combinar acción con drama, demanda un tipo de interpretación que tiene tanto de física como de sicológica. Las escenas de persecuciones por los tejados se combinan con otras más intimas, siempre reflejando la tensión externa e interna de los protagonistas. La crítica social aflora en la medida en que los métodos de estos agentes de la Policía Nacional son denunciados, al entrar de lleno en malas prácticas cometidas incluso fuera de su jurisdicción.
Dirección: Alberto Rodríguez.
Guión: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos.
Intérpretes: Mario Casas, Antonio de la Torre, Joaquín Nuñez, José Manuel Poga.
Fotografía: Álex Catalán.
Música: Julio de la Rosa.
País: Estado español, 2012.
Duración: 95 minutos.
Dirección: Jean Dujardin, Gilles Lellouche, Michel Hazanavicius, Fred Cavayé, Emmanuelle Bercot, Alexandre Courtes y Eric Lartigau.
Duración: 109 minutos.
Después de rodar en Londres «El factor Pilgrim», codirigida con Santi Amodeo, el sevillano Alberto Rodríguez ha ambientado en su ciudad natal todas las películas que ha dirigido en solitario. «El traje» mostraba la proximidad de África a través de una fábula social sobre la inmigración. «7 vírgenes» se adentra en las barriadas marginales donde prolifera la delincuencia adolescente, gracias a que fue rodada en localizaciones reales de Pino Montano y el Polígono San Pablo. «After» se sumerge en la noche, mediante un recorrido por los locales de moda. Y «Grupo 7» se remonta a la Expo del 92. M. I.