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Jaime Ugarte se despide de la organización tras 60 años dedicados al ciclismo

Jaime Ugarte, líder del grupo que organiza la Euskal Herriko Itzulia desde hace 30 años, se despedirá mañana de su prueba tras 60 de entrega al ciclismo. Lo hace satisfecho por mantener su vuelta en lo más alto y cansado tras cuatro años de desgaste para lograr su financiación.

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Joseba ITURRIA

Se define como «niño de la Guerra» porque nació en Las Arenas en 1937. A los cinco años se trasladó a Donostia, donde en 1962 le entró la pasión por la bicicleta al ganar una carrera en el colegio de La Salle. Ese triunfo le marcó y le responsabiliza de los 60 años dedicados al ciclismo. Primero como corredor, luego como director de equipos como el Gurelesa y desde 1962 como cronista del DV. Así colaboró con el Mundial de ruta de 1965 en Lasarte y el de pista de Donostia de 1973 con las acreditaciones de prensa: «Estuve 18 años escribiendo de ciclismo como colaborador. No era periodista, pero escribía todos los días y siempre sin cobrar, hasta que en 1978 me presenté a las primeras elecciones democráticas a la Guipuzcoana. Hasta entonces se elegían a dedo. Las gané y formamos la directiva el mismo grupo que seguimos 34 años después. También fui el primer presidente de la Vasca. Inventamos las Seis Horas de Euskadi en 1979, que estuvieron en marcha 29 años, la Clásica de Donostia en 1980 y me tuve que hacer cargo como Federación Guipuzcoana de la Vuelta al País Vasco en 1982 cuando desapareció la Voz de España, que la organizaba. Contamos con el apoyo del periódico hasta hace cuatro años como Organizaciones Deportivas El Diario Vasco. También organizamos la salida del Tour de 1992 y fui el director general y coordinador del Mundial de 1997 en Donostia».

Ugarte resume a GARA así 60 años dedicados al ciclismo de manera altruista, en los que solo ha cobrado en ese Mundial: «A todo el equipo nos tuvo que contratar el ayuntamiento de Donostia. No hay gerente ni nadie en la organización que cobre. Hemos seguido los 38 años el mismo grupo y hemos podido dedicarnos a esto porque nos gustaba y porque podíamos al ser empresarios. Por eso cuando pedimos a las instituciones no es para nosotros, sino para organizar la prueba y mantenerla en lo más alto».

El desgaste de la gestión económica

Su labor se complicó cuando en 2008 el DV se desvinculó de la prueba y tuvieron que encargarse del tema económico. Para ello se formó, con la mediación de Lakua, Organizaciones Deportivas Euskadi al fusionarse las entidades organizadoras de Euskal Herriko Itzulia y Euskal Bizikleta: «Hasta entonces solo nos ocupábamos de lo deportivo y hemos sacado lo económico tras un trabajo ímprobo. Es duro estar todo el día mendigando, sobre todo este año ha sido terrible. Al final tuvimos que decir que no se iba a hacer. Si no decimos lo que nos pasa no se entera nadie. Se formó una plataforma que en lo económico no consiguió el objetivo marcado, pero se movieron muchas personas y eso motivó que hubiera empresas interesadas en el problema y el Sabadell Guipuzcoano lo ha resuelto. Estos cuatro años nos ha tocado luchar para hacer la mejor carrera, pero logramos siempre tener nuestras dos pruebas en lo más alto del calendario».

Por eso le han dolido las declaraciones del director de Deportes de Lakua, Patxi Mutiloa, que cuestionó su carácter amateur y su recurso a pedir a las instituciones: «Estamos al día, no se nos ha parado el reloj. Tenemos muy buena relación con el Tour, la Vuelta y el Giro, con todos los organizadores. Copiamos lo que se puede copiar y no envidiamos a nadie. Se nos tacha de aficionados, de que hay que profesionalizar y la única diferencia entre los profesionales y nosotros es que no cobramos. Trabajamos como profesionales. Ahora todas las carreras necesitan de las instituciones porque el patrocinador privado no existe. Si los hubiera no pediríamos. Las instituciones deben marcar prioridades. No es igual nuestras pruebas que otras cosas que no ofrecen las mismas contrapartidas».

Rechaza las soluciones de cobrar por ver la prueba: «Es absurdo. Sacamos boletos para sortear un coche y nos quedamos con casi todos. Con lo que sacamos no llegó ni para pagar a los que los vendían». También rechaza sacrificar la clásica, porque «no tenemos problemas de financiación para esa prueba. Kutxa patrocina el Gran Premio y tiene voluntad de seguir. Además los compromisos adquiridos por televisión nos obligan a hacer las dos carreras juntas».

Quiere a Samuel como ganador y a Arrieta de sucesor

Ugarte no oculta sus preferencias y admite que en su última vuelta «me gustaría que fuera Samuel el ganador». El recorrido de la crono de Oñati le beneficia, pero aclara que «no la hemos preparado para él, vamos donde nos llaman. Por ejemplo, si hemos venido a Bera es porque he insistido a mi consuegro Enrique Irazoki para que nos hagan esta etapa preciosa».

También tiene claro quién quiere que le releve al frente de la carrera: «Llevamos 34 años juntos y debe ser José Luis Arrieta, al que conozco desde 1965, cuando era un chaval que barría el velódromo de Anoeta. Tiene diez años menos que yo, es presidente de la Vasca como lo fui yo y nuestras vidas son paralelas. Tiene que ser el hombre que dirija esto porque es el que más sabe, el que se encarga de los recorridos, de hablar con los ayuntamientos...».

Quiere cederle el testigo con el respaldo de todo el grupo y Ugarte se va «satisfechísimo. Nací con el ciclismo dentro de las venas y lo dejo igual, pero soy muy mayor. Voy a cumplir 75 años, hace 50 que me casé y que empecé en el DV y ya ha llegado el momento de dejarlo y dejar paso a otros y pasar a ser un aficionado de a pie, que esté con su bocadillo en un alto esperando el paso de lo corredores». J. ITURRIA

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