«La fría luz del día» puede representar un paso intermedio en la carrera del cineasta de origen argelino Mabrouk El Mechri, un puente entre el cine europeo y el de Hollywood. «Virgil» y, sobre todo, «JCVD», le dieron a conocer internacionalmente, gracias a lo novedoso de su propuesta para contemplar el género de acción desde una perspectiva de autor. Ahora bien, ya no se puede esperar la misma originalidad en su tercer largometraje, más cercano a los postulados de la industria estadounidense. Ya no hay una mirada diferente sobre el ídolo caído que era el Jean-Claude Van Damme de «JCVD», porque ahora Bruce Willis, al igual que Henry Cavill o Sigourney Weaver cumplen con cometidos más convecionales, destinados en última instancia a engrosar el reparto de una producción menor que aspira a competir comercialmente con los lanzamientos made in Hollywood.

Para ello cuenta con el respaldo en la distribución de Summit, la compañía convertida en un gran estudio gracias a las recaudaciones millonarias de la saga «Crespúsculo». Falta comprobar si sus modestos 25 millones de dólares presupuestados han sido suficientes para dar la impresión de una cinta espectacular. Teniendo en cuenta que la mayor parte de la cantidad ha ido a parar al sueldo de las estrellas del cartel, el resultado como thriller cosmopolita de espionaje es ya cuestión de la habilidad como realizador de El Mechri.

El guión que han escrito Scott Wiper y John Petro ha sido supervisado, de forma no acreditada, por nada menos que el maestro de la novela negra Richard Price. El desarrollo argumental sigue las pautas clásicas de los relatos de Hitchcock sobre un falso culpable en fuga.

Henry Cavill, escogido como nuevo Superman para «Man of Steel», es el fugitivo inocente de esta historia. Se trata de un joven empresario estadounidense al que sus negocios no le van bien, y que para relajarse es invitado por su familia a unas vacaciones en la costa mediterránea. Una vez allí, todos serán secuestrados de forma misteriosa, aunque su padre tendrá tiempo de revelarle antes de morir que es un agente secreto. Perseguido por un crimen que no ha cometido, el protagonista hará las veces de improvisado héroe para rescatar a su familia, a la vez que se enfrenta a desconocidos enemigos. Las escenas de persecuciones urbanas transcurren en Madrid, mientras que las relacionadas con el turismo costero han sido rodadas en Alicante, donde también fueron construidos los decorados, en La Ciudad de la Luz.