En una semifinal europea 35 años después
Ovación, sí, para el Athletic
Lisboa espera. Una semifinal europea. Bucarest está más cerca. Los de Marcelo Bielsa no dieron pie a la sorpresa y cercenaron las intenciones del Schalke de levantar el 2-4 de la ida. Demasiado lastre. En un partido que no fue el mejor de los rojiblancos, sí supieron sobreponerse a cada uno de los dos goles de los alemanes, incluido el de un Raúl que no se llevó ovación alguna, porque esa solo estaba reservada para el Athletic, un Athletic que está haciendo historia.
ATHLETIC 2
SCHALKE 04 2
Joseba VIVANCO
Treinta y cinco años después, el Athletic se mete en una semifinal europea. Como en la vuelta ante el United, el partido de ayer en San Mamés, hoy, ya es lo de menos. Da igual que los alemanes se adelantaran por dos veces en el marcador, que los rojiblancos igualaran, que fuera un choque por momentos espeso y por momentos vertiginoso. Que jugara Raúl o Cristo resucitado. El Athletic, tiene la final de Bucarest un poco más cerca.
Y el pase a semifinales lo cimentó, como en cuartos, en la ida. El 2-4 era una losa demasiado pesada para un Schalke que quiso vender cara su eliminación, pero que se topó con un Athletic que no le pierde la cara a un partido ni aunque se la intenten partir.
Salió de inicio el Schalke como tenía que salir, a por tres goles, dominando el esférico, marcando la iniciativa, mientras los de Bielsa aguardaban en su propio terreno, tratando de pescar alguna contra. La prueba fue Iraizoz con un soberbio paradón al Cazador Huntelaar. Apenas se llevaban diez minutos de juego y un muy impreciso Athletic pasaba sus primeros agobios serios ante un conjunto que circula la pelota de maravilla. Pero mientras en la tribuna sur baja, la Brigada Móvil de la Ertzaintza repartía `carbón' entre parte de la hinchada `minera', sobre el césped el juego entraba en una fase de stand-by.
Un letargo del que el Athletic se quiso aprovechar y espabiló para botar hasta tres córners seguidos, y eso en el minuto 25. Y fue apenas unos minutos después cuando con el partido controlado y un Schalke que parecía resignado, Herrera forzó un mal pase atrás que cayó a Huntelaar y éste, desde la frontal, la puso pegada al palo de Iraizoz. San Mamés se quedó frío. Bielsa dio entrada a Ibai por un Herrera que se resentía de las molestias que arrastra y tuvo que ser Ekiza con una soberbia carrera en defensa quien pusiera en pie a La Catedral y espoleara a sus compañeros.
Volvió a meter miedo Huntelaar en un libre directo, pero pronto Muniain y Llorente avisaron y pusieron la alfombra para que el recién entrado Ibai Gómez se marcara un golazo que hizo, literalmente, botar San Mamés. Alivio. Dos minutos después casi volvió a repetir gol con idéntico disparo desde el vértice del área. Un respiro para la segunda mitad y más después de que Raúl enviara un balón lamiendo el larguero.
La respiración se volvió a entrecortar cuando a los pocos minutos de reiniciado el juego Raúl la clavó como solo él sabe. Suerte que en una jugada trenzada de los rojiblancos a los pocos minutos, Susaeta equilibró al cruzar a la red una asistencia de Muniain. El partido se volvió loco, idas y venidas, otro gol podía caer de un lado u otro. Pero se quedó ahí. Este Athletic quiere hacer historia. La está haciendo. La Catedral entregada. Carne de gallina. Lisboa espera. Bucarest también. Bendita locura.