Raimundo Fitero
No lo quiten
La polémica actual es si TVE debe quitar de su archivo el vídeo en el que el obispo de Alcalá de Henares se despachó a gusto contra los homosexuales. Se emitió en directo por La 2, y este loable canal en tantas ocasiones, lleva en el pecado su gran penitencia, pero el mundo debe poder acudir a esta homilía de la más absoluta tendencia reaccionaria de un señor franquista, militante, protector de un cura acusado de abusos y que demuestra su representatividad jerárquica. No estoy de acuerdo con los colectivos afectados por sus desvaríos, maledicencias y acusaciones criminales y desde mi punto de vista se debe mantener, que lo vea todo el que quiera, porque es una buenísima vacuna.
Estoy de acuerdo con algún responsable de TVE: no se puede pedir a un cura su homilía para hacer un acto improcedente de censura previa desde un ente democrático. Aun sabiendo que este fascista con mitra lo haría con mucho gusto, prohibiría toda manifestación de libertad, bendeciría las armas del pelotón, llevaría bajo palio a quienes encarcelaran a todos los que no piensan como él. Este monstruo con púrpura es obispo de Alcalá de Henares, se llama Juan (¿no será José?) Antonio Reig Plá, y da misas con la bandera española con la gallina franquista. Una pieza, alguien con mucho futuro en estos momentos de retorno al infierno. Lo que sí hay que apuntar es que no se eligió a este monstruo por casualidad para salir en la semana santa, ni salieron los legionarios por estética. Se debe notar quién manda ya en el Ente.
Tampoco deben quitar ningún vídeo de las últimas semanas de los señores Montoro, De Guindos, Urkullu, Rajoy y demás monaguillos. Es más, deberían estar en todas las redes sociales para su vergüenza. Y una cosa sobre la última ocurrencia del banquero De Guindos, no, el que gana más de cien mil euros al año, no debe re-pagar la sanidad pública. Con sus impuestos, los justos, pagados en tiempo y forma y sin amnistías, ayuda a que sea universal. Vale ya de demagogias baratas. Todas las declaraciones van camino de un nuevo centralismo estatal. A lo mejor ese es el camino para convencer a los indecisos de la bondad de la independencia.