A veces sale rana, pero la cesión es una fórmula que puede resultar sumamente satisfactoria. Para el club de origen, porque así se asegura minutos y nuevas experiencias para su futbolista; para el receptor, que tiene la oportunidad de cubrir una necesidad a bajo coste; y para el propio jugador, al que se brinda la oportunidad de quemar otra etapa en su camino a la elite.

Doce futbolistas intentan hacer bueno el sistema esta temporada en los equipos vascos de Segunda B. Con éxito rotundo, en algunos casos. Sobre todo en el de Jon Etxaniz, cedido por el Athletic al Sestao River, con el que se ha convertido, de momento, en el cuarto mejor goleador del grupo; el de su compañero Gorka Magunazelaia, guardameta titular con el cuadro verdinegro; o el del realista Aitor Aldalur, que lo ha jugado prácticamente todo con la camiseta del Amorebieta.

Resulta llamativo en los tres casos -como en los de Ekhi, Larruzea, Dani Suárez, Vitoria o Arnáez- que los jugadores procedan de clubes que también tienen equipos en Segunda B. Aunque para el secretario técnico de la Real, Javi Pérez, la explicación es de lo más sencilla. «Hay varios motivos por los que se propone la cesión a un jugador. Incluso los que se ceden a Segunda B no pueden incluirse en el mismo saco, porque depende del tipo de equipo al que vayan, sus objetivos... Se puede dar el caso de que venga un jugador empujando desde abajo y el puesto esté bien cubierto tanto en el primer equipo como en el segundo; es mejor que uno de los futbolistas salga cedido y tenga minutos, que que tengan que repartírselos entre tres. Pero además se buscan nuevas experiencias dentro de la etapa formativa. Lo normal es que en otros equipos los jugadores se encuentren con otros objetivos, entrenadores de un perfil diferente, compañeros con otras edades y motivaciones... Y eso también enriquece al jugador».

Beneficioso para todos

A lo que, en el caso de la Real, podría añadírsele un beneficio colateral. «Lo ideal para nosotros -admite Javi Pérez- sería que el Sanse o uno de nuestros equipos convenidos estuviera en Segunda A, porque así los jugadores tendrían un escalón más. Si nosotros contribuimos con jugadores a que esos equipos hagan una buena temporada y consigan el ascenso, el beneficio es mayor para todos».

Lo que tiene claro el técnico blanquiazul es que para que una cesión resulte exitosa, «o por lo menos no negativa», debe darse una condición de forma ineludible, y es que «las tres partes estén totalmente convencidas. El jugador debe entender perfectamente que es bueno para él salir -subraya-, tener una exigencia y una perspectiva de la competición diferentes; el club que le acoge tiene que pedir su cesión porque le conoce, porque ha valorado su plantilla y cree que ese jugador le va a aportar algo y le va a dar oportunidades; y el club que le cede tiene que considerar positivo que salga de su tutela y adquiera nuevas experiencias».

De ahí que, por ejemplo, esta temporada ni Real Unión ni Eibar cuenten con jugadores cedidos de la Real, con la que tienen un convenio de colaboración, y sí lo haga el Amorebieta -o el River, aunque Jon Manuel regresó al club donostiarra para ser cedido después al Zarautz-. «No es lo típico, pero se dieron esas condiciones, mientras que en los casos de Real Unión y Eibar no coincidieron las necesidades de todos», explica Javi Pérez, convencido de que «nunca» debe entenderse la cesión como un ultimátum. «Nunca. Solo es otra etapa en la formación».

Goleadores. Yuri (Ponferradina) se mantiene al frente de los realizadores del grupo, con 18 dianas. Se le acerca Diego Cervero (Logroñés), que ya suma 16, mientras Roberto Torres (Osasuna) mantiene la tercera plaza con 14.

Matemáticas. Solo en el Grupo II se va aclarando el futuro, con el Mirandés ya clasificado para el play-off y el Lemona condenado a bajar. Todo está por decidir en el resto de grupos, excepto el descenso de los retirados Sporting Mahonés, Villanueva Promesas y Ejido.

Luto. Tres equipos han guardado luto esta jornada. El Eibar por la muerte de su expresidente José González, el Amorebieta por la de su exjugador José Luis Magunazelaia, y el Alavés por la de su exgerente José María Zarraga.