La historia que cuenta Álvaro Gurrea en su primera novela, «Kosallu» (Ttarttalo) llegó a sus oídos al azar. Primero escribió el libro de cuentos «Kosallu y otras historias vizcainas», «un cuento que tenía la suficiente enjundia como para convertirse en novela» y ahora presenta este relato que incluye varios crímenes y que el autor describió como «una historia sobre la intolerancia, una forma antigua de intolerancia ligada a la religión, que en nuestro país no tiene mucha vigencia, pero que presenta los mismos síntomas y casi la misma virulencia (porque la religiosa es la madre de todas ellas, ninguna otra la superará jamás) que tantas otras modalidades de intransigencia y sectarismo».

El protagonista, Jose Allu, el hijo de un vizcaino que se fue a América, vuelve al pequeño pueblo costero, lleno de nostalgia. Sin embargo, esa procedencia es lo único que compartirá con sus congéneres. En lo demás es diferente, en sus creencias o en la falta de ellas, en sus costumbres... De tal forma que los habitantes del pueblo pronto lo rebautizarán como Kosallu, o corsario. «Esto está tomado de una historia real -explicó Gurrea-. Me he hecho la pregunta de por qué he contado esta historia, por qué un publicista se pone a contar una historia del siglo XIX. Es por un azar, como creo que ocurren cantidad de cosas. A mí me llegó el nombre y el hecho de que hubiera un personaje que tuviera ese nombre ya me lo hacía atractivo. Además de que fuera muy provocador».

Esa confrontación, alimentado por los habitantes del pequeño pueblo, llegará a tal punto que no se sabrá lo que es cierto y lo que no. Un pueblo que no se menciona pero que «si uno lee la novela no puede fallar, sabrá de qué pueblo hablo», señaló Gurrea.

Narrador testigo

Kosallu es el protagonista de la historia pero no es él quien lo cuenta, sino una tercera persona. «Muy a mi pesar, hago de narrador de la historia. He tenido que encarnarme en un ser bastante lejano a lo que yo soy, creo yo. El que cuenta esto es un personaje con el que yo no me puedo identificar, un señor muy tradicional, que está en contra de Kosallu, y yo no. No soy narrador para poder defender a Kosallu», confesó el autor.

«Imagino que cada persona que lea la historia sacará algo en limpio de todas esas páginas», añadió.