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Baloncesto Agónico triunfo del Caja Laboral Baskonia en la reapertura al completo del Fernando Buesa Arena

La parroquia baskonista goza de una victoria con el corazón

Andrés Nocioni logró la canasta de la victoria en su reestreno en Zurbano. Sin embargo, Sergi Llull tuvo dos lanzamientos en los segundos finales, el último de ellos sobre la bocina, para decantar un partido trabado que fue ganando en emoción hacia el final.

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CAJA LABORAL BASKONIA  67

REAL MADRID 66

 

Arnaitz GORRITI

No fue, sin duda, el mejor partido que hayan disputado Caja Laboral Baskonia y Real Madrid. Sin embargo, difícilmente habrá más emoción en un partido de Liga regular. Los hombres de Dusko Ivanovic sacaron adelante con solvencia un partido trabado, pleno de imprecisiones, pero donde fueron mejores en líneas generales. Los baskonistas mostraron mayor corazón que un Real Madrid de menos a más, que salió a verlas venir y a punto estuvo de ganar con un tiro final bajo el aro errado por el base Sergi Llull.

El corazón de un Chapu Nocioni que volvió a ser recibido casi como un salvador por los 15.504 espectadores que abarrotaron el remozado Buesa Arena y que, sin saberlo, logró la canasta de la victoria. El corazón, asimismo, que le puso el Baskonia en defensa, con lo que pudo suplir su mal día en ataque, aparte del que mostraron jugadores como Nemanja Bjelica -sí, el mismo- durante muchos minutos, así como el que le puso el graderío, que celebró la victoria por todo lo alto.

Con todo, no hay que olvidar que Sergi Llull pudo haber decantado el duelo por el lado madridista. El base de Mahón se jugó las dos últimas opciones del Real Madrid, la última sobre la bocina y, sobre todo en ese tiro final, a punto estuvo de lograr el 67-68. Por fortuna, esta vez su lanzamiento dio en el hierro.

Tensión desatada

El inicio fue una cuestión de tensión desatada, y por ende, escaso de acierto. Ivanovic alineó un quinteto atípico, muy alto, con Nocioni, Nemanja Bjelica, Teletovic y Lampe flanqueando a Prigioni, con el que dominó el rebote, pasando de un 0-3 en contra a un 11-3 a favor. Tuvo que ser el «vitoreado» Felipe Reyes para que los de Pablo Laso lograran capturar algún rebote ofensivo y recordaran que en el baloncesto hay que meterlas.

Mientras, por parte local, se notó cierto cambio en las jerarquías de tiro, sin tantos tiros para Teletovic y con Lampe asumiendo los galones anotadores, lanzando tal vez demasiados tiros de tres. Asimismo, se notó a un Nemanja Bjelica mucho más intenso de lo habitual, como se demostró en su taponazo sobre Mirotic -emulando otro de Nocioni sobre Suárez-. De esta guisa, apretando en defensa y mostrándose más activos que un Real Madrid que firmó un 2 de 14 en tiros de campo al inicio, los gasteiztarras lograron irse al final del primer cuarto con una interesante renta: 14-7.

El Real Madrid se engancha

La rotación trajo cambio de estructuras. Los gasteiztarras se pusieron a jugar con tres bajitos, con Ribas y Oleson al mismo tiempo, respondiendo a la idea de Pablo Laso de alinear a los bases Sergio Rodríguez y Sergi Llull a la vez.

Las cosas empezaron bien, con una máxima de 12 tantos, 24-12, pero entre que Prigioni debió descansar y Heurtel, aunque intenso, pecó de precipitación lanzando varios pases a la grada, y entre que el pésimo porcentual de tiro del Real Madrid no podía seguir igual, los vigentes campeones de Copa lograron arrimarse 28-24, con la dupla de bases madridistas generando juego y hombres como Mirotic o Velickovic sumando como hormiguitas. Pudieron acercarse más aún, pero sendas acciones de canasta y falta de Milko Bjelica y un providencial tapón del ala-pívot montenegrino sobre Velickovic -resarciéndose del «gorro» que recibió poco antes de parte de su compatriota Nikola Mirotic- propició un nuevo estirón alavés en la parte final del segundo cuarto, llegando al descanso con un esperanzador 34-26.

Andrés Nocioni hizo acto de presencia en el tercer período. El alero de Santa Fe levantó al público con ocho tantos en este cuarto, logrando, además, que el Real Madrid se «comiera» una posesión entera sin lanzar.

Sin embargo, el buen hacer de Nocioni no terminó de ocultar que el Caja Laboral Baskonia sufrió más de la cuenta en este tercer acto. Los de Ivanovic perdieron hasta seis balones en este cuarto, mientras que el Real Madrid halló el camino de engancharse al partido. Con Llull de director de orquesta, Singler y Suárez -a pesar de que el Chimpa sufrió con las ayudas bien puestas de los baskonistas- cargando el poste bajo, los de Pablo Laso dijeron que ellos también querían participar de la fiesta, logrando ponerse a tiro de los locales, 37-35 primero, para adelantarse después, 42-43 tras triple de Suárez y 48-50 al final del tercer período. Los merengues hacían cada vez más daño en el rebote de ataque, con buenos minutos de Mirza Begic, haciendo daño a un Lampe que se fue diluyendo conforme pasaban los minutos.

Para colmo de males, con el inicio del cuarto final, Nocioni y Prigioni cometían sus cuartas faltas personales.

Los minutos del carácter

Había que luchar para ganar, porque el Real Madrid no iba a renunciar al triunfo. Así, Kyle Singler, Mirotic y Llull se conjuraron para devolver golpe por golpe los intentos del Baskonia de obtener una ventaja mayor.

Ivanovic, pese a sus cuatro faltas, mantuvo a Prigioni y Nocioni en los últimos minutos, y estos le respondieron como tocaba. No solo los argentinos, ya que, pese a no anotar ningún triple, Teletovic logró varias importantes canastas en unos últimos minutos donde ambos técnicos apostaron por jugar sin pívots claros. Con la cuarta falta de Sergio Rodríguez, Laso decidió sacar a Carlos Suárez. Más madera, ya que había que ponerlo todo sobre la mesa.

Y sobre la mesa, Nocioni anotó una gran canasta al poste bajo, canasta que subía el 67-66 al luminoso. Nadie hubiera pensado que aquella canasta iba a ser la ultima, pero los errores que cometieron ambos equipos en el tiro así lo convirtieron.

Con 19 segundos por jugarse, el balón fue para el Real Madrid tras triple errado por el Baskonia -Ivanovic se quejaría por no buscar un balón dentro-. Sergi Llull intuyó el cansancio de Pablo Prigioni, y se jugó una penetración casi suicida, casi falta de Nemanja Bjelica. El serbio barrió el tiro del de Mahón a 8 décimas. Tiempo muerto.

Balón colgado para Llull que recibía solo bajo el aro. Cara o cruz. ¿Otro final como el de Alicante? No, el tiro de Llull no entró. Fiesta y victoria. Y alegría.

Nocioni: «La afición dio el empuje que nos ayudó a lograr una gran victoria»

En su reestreno como baskonista en Zurbano, Andrés Nocioni acabó convirtiéndose en héroe. Con 12 puntos y 8 rebotes, superando a Carlos Suárez en casi todo momento, el «Chapu» agradeció el «calor» de la hinchada, ya que consideró que su «empuje» ayudó para ganar un partido que calificó como «increíble».

«Fue un partido increíble. Un gran espectáculo. A partir de ahora, esperamos llegar a ser segundos. Lo mejor que podemos hacer es seguir trabajando. La afición fue increíble. Nos dio un gran empuje que nos ayudó a conseguir un gran triunfo», dijo.

El alero santafecino reconoció que el duelo no fue especialmente bueno, aunque remarcó la «energía» que se desprendió del mismo.

«El partido, sin ser lindo, desprendió mucho calor y mucha energía, estos partidos son así», declaró.

Sin motivos para el romanticismo, Dusko Ivanovic se mostró contento por la capacidad defensiva de los suyos, amén de su buen inicio. Sin embargo, se quejó del exceso de pérdidas -16 al final- y reconoció que los suyos tuvieron algo de «suerte» con la jugada final de Llull.

«Este partido nos permite creer que podemos acabar más arriba. Comenzamos muy bien, sobre todo en defensa y jugando con paciencia; lástima de las pérdidas. Luego bajamos mucho, pero hay que reconocer que hemos tenido el carácter de aguantar, defender y ganar, aunque hayamos tenido suerte en la jugada final».

Sobre el reestreno de Zurbano, Ivanovic lo calificó como una «fecha histórica» para el baloncesto».

Por su parte, Pablo Laso calificó el partido como «cerrado y de play off, un gran partido en todos los aspectos. Ellos han sido superiores en el primer tiempo. Después hemos podido coger ventaja, pero se han defendido bien y caímos en el cara o cruz final».

A. G.

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