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El Estado español gana en competitividad a costa de reducir empleos y salarios y de aumentar la jornada

Juanjo BASTERRA | BILBO

El «Observatorio Económico» de BBVA Research concluye que el Estado español «recupera productividad y competitividad más rápido que el resto de economías de la zona euro», aunque sea a costa de reducir empleos y salarios y de aumentar la jornada. Así, explica que «la productividad por empleado ha aumentado en un 11,1% desde comienzos de 2008, el mayor crecimiento entre los países de la zona euro», según establece el informe.

Sin embargo, lo que parece positivo, no lo es tanto. Porque, en realidad, ese avance es debido a la destrucción de empleo, el aumento de la jornada laboral y a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, elementos fundamentales en cuanto a los componentes que miden la competitividad de una economía, aunque BBVA oculta este extremo en su análisis.

Yendo por partes, el estudio indica que la jornada laboral en el Estado español se ha ampliado un 2,6% desde el comienzo de la crisis, mientras que «cae en el conjunto de la OCDE». Ese hecho ha permitido que «la productividad por hora trabajada ha aumentado un 8,3%, el segundo mayor crecimiento de la zona euro». Lo que se queda en el tintero del informe del BBVA es que los demás países han reducido, en muchos casos, la jornada laboral por diferentes métodos para no perder empleo. Así, el Estado español se encuentra a la cabeza del desempleo de la UE con una tasa de paro del 23,6%, según los datos estacionales corregidos por Eurostat, y Hego Euskal Herria en el 15,75%, mientras que los de la Eurozona se encuentran por debajo del 10%.

Evolución salarial

Otro elemento que destaca el informe que ha permitido que mejore la competitividad y la productividad es que «la evolución salarial también apoya la mejora. El crecimiento de los salarios es inferior al de la productividad desde 2009 y ha permanecido prácticamente constante (0,1%) desde finales de ese año, mientras que el crecimiento medio en otros países de la zona euro es del 3,7%» y añade que «los diferenciales de inflación han sido favorables en los últimos años».

De esta manera, la diferencia salarial entre los salarios de los trabajadores europeos y los del Estado español se han agrandado, lo que significa que el poder adquisitivo de estos últimos se ha resentido. Para el BBVA es positivo, pero lo es artificialmente, porque esa competitividad no se logra bajo respaldo tecnológico. Además, BBVA remarca que desde 2001 los costes laborales unitarios se han reducido en un 10%, «la mayor caída entre los países de la zona euro, y esa tendencia se ha acelerado en los últimos trimestres».

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