¿Cómo viven la decisión de Indusal de despedir a 23 trabajadores después de la huelga por la equiparación llevada a cabo en 2008?

RAKEL ASPIAZU: Con mucha rabia. Nos costó mucho ir terminando con la discriminación salarial y de condiciones de trabajo entre hombres y mujeres. Que nos llegue la represalia de la dirección en forma de despidos precisamente contra quienes logramos mejoras para toda la plantilla es indignante. Nosotras mantenemos la dignidad y lucharemos hasta el final.

MERTXE APOLINAR: Estamos orgullosas de aquella pelea, porque sacamos a la luz un problema que la empresa todavía oculta. Conseguimos derechos y se logró reducir el maltrato a la gente. Mejoramos la prevención en seguridad laboral, etc.

¿Qué comentan los responsables de la empresa ante estos «despidos encubiertos»?

R.A.: Siempre me niegan lo evidente. Veo la lista de quienes quieren trasladar, y el 100% estuvo en la huelga. Cuando plantearon el ERE, que fue rechazado por el Gobierno de Gasteiz, acompañé a algunas trabajadoras al trámite ante la dirección y cuando preguntaban al gerente, Ricardo Aranburu, por la razón de estar en la lista de rescisiones, no fue capaz de dar ninguna respuesta.

M.A.: Estoy de baja. Pero estoy viviendo esta situación con la misma rabia que dice mi compañera. Lo que es peor es que en esa empresa haya gente que no se crea que existe esa discriminación, cuando está refrendada por documentos oficiales.

¿Por qué se obvia que existe esa discriminación y que la represalia se produce por haberla denunciado en pleno siglo XXI?

M.A.: Esto no debería de existir y sigue existiendo. En muchas empresas se produce, pero no en la misma intensidad que en Indusal.

R.A.: Es así. Hoy hemos estado en Mutualia y no se creían que se estaban produciendo estas situaciones. A fuerza de leer los documentos que les hemos puesto encima de la mesa sobre las resoluciones oficiales que demuestran la discriminación que ha motivado la protesta de 2008, ha quedado claro que hay una represalia contra 23 trabajadoras al enviarlas a las plantas de Indusal más alejadas de Arrigorriaga. Tenemos mucha impotencia. Con la reforma laboral, la empresa ha adoptado esa decisión y nos han dejado desamparadas. Somos las trabajadoras las que estamos dando a conocer la situación, que nadie entiende.

¿Es represalia pura y dura? ¿Los empresarios tienen ya todas las bazas?

R.A.: Sí. Es una advertencia para que no se vuelva a intentar una protesta similar a la que se produjo en 2008, porque logramos sacar a la calle el problema y obtener mucho respaldo. Con los despidos se corta de raíz.

M.A.: Es una manera de decir por parte de la empresa que si estáis con la empresa, no os pasará nada y conservaréis el puesto de trabajo. Muchas tragan con eso.

Pero, son puestos de trabajo con jornadas de once horas cuando lo decide la dirección y con bajos salarios, como habéis denunciado ya.

R.A.: Sí, es así. Aquí se trabaja así. Lo que queda claro es que Indusal no garantiza que si se da de baja otro cliente no vayan a despedir a más trabajadoras. Desde luego, esta empresa va a ir a peor en cuanto al convenio y las licencias. Porque, al final, implantan el miedo para que vayas a trabajar cuando ellos necesitan.

M.A.: Con la nueva reforma perderemos todo. Eso ocurría antes de que LAB entrara en el comité de empresa. Hemos vuelto a tiempos atrás en Indusal.

¿Se puede decir que la empresa de lavandería está cómoda bajo la `ley del miedo'?

R.A.: Sí. Es lo que está pasando y lo que pasaba antes de la huelga. Era una empresa muy cerrada, que nadie levantara la cabeza. Quiere volver ahí.

¿Cómo puede ser que, con antigüedades de entre 10 y 30 años, el salario no supere los 1.000 euros mensuales?

M.A.: Así es. Con un quinquenio, no llego a mileurista.

R.A.: La realidad es que los sueldos base de las trabajadoras no superan los 1.000 euros. Es así. Lo que ocurre es que hay muchas horas extraordinarias, que te elevan el salario. En la huelga de 2008 conseguimos algunas mejoras, pero a quienes entren de nuevas no les van a conceder esas mejoras, porque es lo que están tratando de hacer con esta decisión. Van a volver a lo que era antes, es decir, si eres amiga te doy algo más.

El 24 es la fecha límite para aceptar los traslados o ir al paro. ¿Qué ocurrirá?

R.A.: Así es. Estamos trasladando esta situación a los hoteles y centros que son clientes de Indusal para que conozcan la realidad, porque no aceptamos los despidos por estas causas. Todos esos clientes deben saber cómo actúa la empresa.

¿Mutualia qué os ha dicho?

R.A: Nos ha recibido, entre ellos el director gerente adjunto, Ignacio Lekunberri. Les hemos visto con un poco de incredulidad, porque han visto que en Indusal se producen unas condiciones muy precarias. Les hemos entregado la documentación que corrobora esas condiciones. Les costó aceptar esa situación, pero ante la evidencia la han asumido. Estaban sorprendidos. Nos han apoyado. Hay que tener en cuenta que Indusal no ha explicado el plan de los traslados, los plazos que tenemos las trabajadoras para buscarnos la vida allí donde nos envían a Andalucía, Valencia o Galicia. Esto deja bien claro que son despidos encubiertos, como así se lo dijimos a los directivos de Mutualia.

M. A.: Esta decisión de los despidos ha coincidido cuando se iba a iniciar la negociación del convenio que en su día se firmó. La respuesta de la empresa es plantear el ERE con la gente que en su día consiguió mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Se están deshaciendo de quienes podrían hacer un poco de presión y de fuerza en la negociación del nuevo convenio. Es así de claro y dramático.