La Cátedra no parece apostar por ello, de hecho se cantarán momios de doble a sencillo a favor de Olaizola II-Beroiz esta noche en Bilbo, pero una victoria de Xala-Laskurain daría como resultado una final sin ningún pelotari nacido en Nafarroa, algo extraordinario en la pelota de las últimas décadas.

Y es que habría que remontarse catorce años para dar con otra circunstancia similar. Fue en el campeonato de 1998, cuando Unanue-Errasti se calaron la txapela tras imponerse por la mínima a Etxaniz-Elkoro en una final íntegramente guipuzcoana disputada en el Atano III donostiarra.

Pero esta no es una tendencia «moderna» o del siglo XXI, ya que para dar con otro precedente similar, es decir, sin pelotaris navarros involucrados, habría que remontarse, según el palmarés oficial, hasta 1962, año en el que los hermanos Arriaran, de Arrasate, se proclamaron campeones tras vencer en la final a Fernando Palacios, Ogeta, y al zumaiarra Etxabe X por un resultado de 22-15.

Pero el dominio de los pelotaris nacidos en Nafarroa no se limita, ni mucho menos, al Parejas, ya que en la lucha individual su hegemonía es incluso superior. Si nos referimos al Manomanista, el vigente campeón, Xala, es algo así como la excepción que confirma la regla. Joxean Tolosa, con su txapela del 89, sería el penúltimo campeón no navarro, mientras que para dar con una final sin pelotaris de este herrialde habría que tirar de hemeroteca o memoria hasta 1977, cuando Gorostiza se caló la txapela tras imponerse en la final vizcaina a García Ariño IV, por un resultado de 22-12.

Si miramos al Cuatro y Medio, toparíamos el esclarecedor dato de que, al menos desde su recuperación en 1989, nunca ha habido una final sin la presencia de un pelotari de Nafarroa, siendo Titín, con su txapela de 2007, y Sebastien Gonzalez, con el título logrado dos años después, los dos únicos campeones no nacidos en este herrialde.

Sobre Olaizola II-Beroiz recaerá de esta forma la responsabilidad de mantener la hegemonía de Nafarroa en la mano profesional, midiéndose para ello a Titín III-Merino II, que conforman la primera pareja íntegramente riojana que accede a una final. De hecho, David Merino es el único zaguero de esta comunidad que accede al último partido por la txapela.

Titín quiere saber su futuro

Precisamente, el delantero de Tricio acudió ayer al Labrit iruindarra para la elección de material de cara al partido del intrascendente partido de mañana en el que, acompañado de Zabaleta -sustituto de Merino II-, se enfrentará a Berasaluze VIII-Albisu.

Teniendo en cuenta la intrascendencia de ese partido, se aprovechó para preguntarle por otros aspectos, como su continuidad en Aspe, empresa con la que cumplirá 20 años de profesional en setiembre. Al de Tricio se le acaba este año su contrato con la promotora eibartarra y le gustaría seguir, aunque de momento no hayan hablado nada. «Ya habrá tiempo de hablar, pero sea para bien o para mal, hagamos otro año o no, querría hacerlo cuanto antes. Yo sigo con la misma ilusión y las mismas ganas, aunque cada vez me cuesta más, sobre todo entrenar y prepararme, porque los rivales cada vez son más fuertes».