Según informaron ayer fuentes del banco vasco, la entidad presidida por Mario Fernández tiene previsto solicitar al Banco de España, cuando se abra el plazo, el «cuaderno de venta» de CatalunyaCaixa, una entidad intervenida por el Estado y por la que también podrían pujar entidades como el Banco Santander, BBVA o Banco Popular.

La estrategia de Kutxabank es compatible con la intención manifestada por sus responsables de centrarse en consolidar la fusión fría acometida por las cajas vascas, pero sin dejar de tener en cuenta posibles oportunidades que depare el negocio financiero.

El Banco de España trabaja en la puesta en marcha de la subasta de CatalunyaCaixa, aunque los preparativos de este proceso se están retrasando debido a que el Esquema de Protección de Activos (EPA) que necesitaría CatalunyaCaixa supera ampliamente las previsiones iniciales y alcanzaría, según algunas fuentes, los 5.000 millones de euros.

Además, el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) está prácticamente agotado tras cubrir la parte que le corresponde de los nuevos saneamientos de entidades como CAM o Unnim, de tal forma que solo le quedarían poco más de 600 millones, una cantidad absolutamente insuficiente para cubrir las garantías que los compradores pedirán en las próximas subastas de entidades intervenidas.

En este contexto, la entidad que adquiera el grupo catalán tendrá que ser consciente de que a CatalunyaCaixa le quedan por sanear aún 1.595 millones de euros, de los que 1.263 millones son para elevar provisiones específicas por créditos inmobiliarios dudosos o con riesgo de serlo y el resto, para reforzar genéricas. Además, CatalunyaCaixa tiene que reforzar su capital en 1.053 millones para crear un colchón de capital para parte del riesgo del suelo y las obras en curso.

Fuentes de Kutxabank indican que la entidad estudiará las cuentas de CatalunyaCaixa sin que ello signifique ningún compromiso a futuro.

Sin embargo, admiten que la operación permitiría al banco vasco superar la cifra de 150.000 millones de euros de volumen de activos que se consideran precisos para operar en el mercado financiero.

CatalunyaCaixa perdió el pasado año 1.335 millones de euros, después de adelantar 1.505 millones para sanear una parte de su exposición al riesgo promotor y activos inmobiliarios.

Tras un ajuste de sucursales y personal llevado a cabo, el grupo catalán cuenta con 1.164 oficinas y 7.184 empleados.