La reciente «Los descendientes» revelaba que en el soledado paraíso de Hawai también hay zonas de sombra, y en esa misma idea incide «Soul Surfer», película basada en el libro autobiográfico homónimo de la surfista Bethany Hamilton. La vida le cambió a esta joven deportista cuando fue atacada por un tiburón tigre de más de cuatro metros de longitud, que le arrancó un brazo de cuajo. No obstante, pudo salvarse gracias a la rápida intervención del padre de una amiga. Lejos de desanimarse, la chica volvió a coger la tabla y, tras un duro y prolongado entrenamiento, consiguió competir de nuevo con la ayuda de un solo brazo. Según cuenta, en el empeño se sintió respaldada por las firmes creencias religiosas de su familia.

La película está planteada para servir de ejemplo a otras personas con minusvalías, a fin de que no se rindan e intenten realizar las actividades que les hagan sentirse capacitados. Un poco como lo que expresaba El Langui en la premiada realización de Santiago A. Zannou «El truco del manco».

La dirección de «Soul Surfer» corre a cargo de Sean McNamara, un especialista en productos infantiles de cine y televisión, que encuentra su primera oportunidad para hacer algo con más contenido. Para redactar el guión adaptado ha contado con la colaboración principal de Douglas Schwartz, uno de los creadores de la serie «Los vigilantes de la playa». La elegida para encarnar a Bethany Hamilton ha sido Anna Sophia Robb, que logra a estar a la altura de Helen Hunt y Dennis Quaid, encargados de convertirse en los padres de la protagonista.