India entra en la élite nuclear reservada a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU
Con el lanzamiento de Avni-V, el primer misil intercontinental de fabricación propia capaz de transportar cabezas nucleares, India ha entrado en el selecto club nuclear reservado hasta ahora a los estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que poseían misiles de esa capacidad. Y aunque India haya pedido el ingreso en ese órgano y EEUU o Gran Bretaña apoyen su demanda, no parece que el veto de China vaya a hacerlo posible en un futuro próximo. Con este paso, India lanza un mensaje claro: está dispuesta a hacer por la vía de los hechos el recorrido para sentarse en la mesa suprema de la esfera internacional.
De un alcance superior a los 5.000 kilómetros, el Avni-V tiene la capacidad de penetrar en territorio chino y golpear su capital, Beijing, o su pulmón económico, Shangai. A nadie se le escapa que China es el segundo destinatario del mensaje. Con la guerra de 1962 en la memoria y con disputas territoriales todavía no solucionadas, este salto cualitativo en sus capacidades estratégicas ha hecho que la excitación de la retórica y el orgullo nacional de India se hayan disparado. Disuada o no a China, una nueva carrera armamentística y nuclear está servida en el menú.