Los grandes jugadores aparecen en los grandes momentos. Después de 30 años, el Athletic se encuentra en una semifinal europea, tiene opciones de entrar en la Champions y la final de Copa espera en el horizonte. ¿Qué mejor momento hay para que un crack irrumpa? Bielsa tiene claro que debe poner a los mejores. Tras 33 partidos. Muy bien. Y así, justo antes del sprint final, apareció en Santander el más grande: Gaizka Toquero, el número Dios.

El partido empezó con dominio nuestro claro, pero faltaba un killer. Y allí aparecí yo, en el minuto 12 de partido. Un buen pase de no sé quien (es lo de menos) y cinco segundos de magia: un toque con la derecha, otro más, mirada fija en la portería, cálculo de la velocidad del aire y la posición del Sol para calibrar bien mi disparo y... ¡Boom! Toque sutil con mi bota derecha que supera al portero y acaba en gol. Si lo comparamos con arte, mi gol fue un Picasso. Haré menos que Llorente, pero más bonitos, que es lo que cuenta. La primera parte siguió siendo un baño, e incluso tuve ocasión de meter el segundo gol, pero tras driblar al portero pensé que un Dios debe ser misericordioso, así que le devolví el balón al Racing con mucha deportividad.

La segunda parte fue mucha más deslucida, en gran parte porque entró Llorente en mi lugar. Se acabó la fantasía, el Athletic empezó a jugar peor que un equipo integrado por once Faubert's y el Racing no empató porque en ataque son más flojitos que Iturraspe haciendo flexiones.

Pues nada, golito y tres puntos gracias a mí. Otro día más en la oficina. Uno a cero, en El Sardinero, con gol de Toquero. Toma rima. Pero no nos podemos permitir estas concesiones el jueves contra el Sporting de Portugal. Por eso mismo, es imprescindible mi presencia en el terreno de juego los 90 minutos, así que desde este altavoz promuevo la plataforma ``Bielsa a callar, Toquero titular''.

En definitiva, ha despertado la Bestia, el número Dios ya vuelve a estar preparado para ganar él solito Europa League y Copa del Rey. El héroe de la semifinal copera contra el Sevilla de 2009 ha vuelto, y lo ha hecho para quedarse. Que tiemble el Universo.