El Ejército sirio irrumpió en la ciudad de Douma, al este de Damasco. En un video colgado en internet por activistas y supuestamente grabado ayer en esta localidad, mostraba una columna de humo elevándose por los edificios mientras de fondo se escuchaban intensos tiroteos. En una secuencia se veía a soldados con cascos y chalecos junto a un tanque.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, afirmó que al menos cuatro soldados murieron por la explosión de una bomba junto a un vehículo blindado para el transporte de personal a las afueras de Douma. Por su parte, la agencia oficial de noticias siria SANA, que no hizo mención alguna a estos enfrentamientos, informó de la muerte de un oficial del Ejército por la explosión de otra bomba junto a un convoy de oficiales y cadetes en la provincia de Alepo. En la provincia de Idlib, se produjo otro atentado con bomba contra un tren de mercancías que transportaba harina.

En Homs también se registraron varias acciones violentas pese a la llegada el sábado por la noche de dos observadores internacionales a petición de los habitantes de esta ciudad del centro del país. «Desde el sábado, dos Cascos Azules permanecen en Homs, donde realizaron una larga visita en la que se reunieron con las autoridades locales y todas las partes. Hablaron con la gente, dieron una vuelta por la ciudad y se detuvieron en diferentes zonas», explicó a AFP Neeraj Singh, un responsable del equipo de la ONU.

Según denunció el OSDH, «tres civiles murieron por disparos en los barrios de Jaldiyé, Al Ghuta y Al Mujayam».

En Hama, mientras, sus habitantes aguardaban la llegada de los observadores. Un activista afirmó que la situación es algo más tranquila desde la entrada en vigor del alto el fuego.

«Ya no vemos carros de combate, los ocultan en edificios gubernamentales. Pero las tropas siguen por aquí. La tregua ha tenido un efecto, pero no hasta el punto de que podamos manifestarnos libremente», indicó.

El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, urgió a ambas partes a respetar el alto el fuego. «Este es un momento crucial para la estabilización del país, por lo que exhorto a todas las fuerzas, sean del Gobierno, la oposición u otros, a deponer las armas y a trabajar con los observadores de la ONU para consolidar, por todas las formas posibles, el frágil cese de la violencia», remarcó.

«El Gobierno en particular debe dejar de usar armamento pesado y, cumpliendo su compromiso, retirar esas armas y las unidades armadas de los centros de población y aplicar plenamente los compromisos asumidos según el plan de seis puntos», destacó.

Asimismo, saludó la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que el sábado autorizó el despliegue inicial de 300 observadores militares desarmados durante tres meses.