La Unión Europea confirmó ayer el desvío fiscal español en 2011 con un déficit público del 8,5%, tal y como afirman los dato de la agencia estadística Eurostat. Por lo tanto, se desvanecen las dudas que hasta ahora existían sobre si la cifra aportada por Rajoy, que auguró un 8,5% en lugar del 6% previsto, sería más baja o más alta.

De este modo, la cifra de déficit española es la tercera más elevada de la Unión Europea tras Irlanda (13,1% del PIB) y la de Grecia (9,1%), países que han necesitado un rescate.

No obstante, aunque las conjeturas sobre el déficit han llegado a su fin, la Comisión Europea (CE) no tiene claro cual va a ser su actitud al respecto y no aclaró si prevé sancionar al Estado español por déficit excesivo o si será sometida a mayor supervisión fiscal. Altafaj explicó que esperarán a contar con más información para sacar conclusiones.

Bruselas espera ahora el «programa de estabilidad actualizado» que las autoridades españolas deberán entregar a finales de este mes y que según el portavoz de Asuntos Económicos de la CE «nos debe dar una idea más clara de los esfuerzos de consolidación presupuestaria para este año y el próximo».

Según Altafaj una parte importante de la desviación corresponde a «los desvíos a nivelregional» por lo que consideró necesario «aplicar las nuevas normas de estabilidad para tener desarrollos fiscales más previsibles a nivel regional, ya que las regiones manejan una parte importante del gasto».

Almunia alaba las reformas

El vicepresidente de la CE y comisario para la Competencia, Joaquín Almunia, reconoció por su parte que Europa ve con preocupación la situación del Estado español, que ha entrado oficialmente en recesión en el primer trimestre del año. No obstante se escudó en que «no es el único que tiene problemas». Asimismo, alabó las reformas emprendidas hasta el momento por el Gobierno del PP y aseguró que gracias a ellas el Estado español está en «buena posición» para pedir a los socios europeos «la solidaridad y apoyos necesarios para superar las dificultades».

Sobre la posibilidad de que el Estado español necesite más tiempo para cumplir con sus objetivos de déficit, señaló que «es bueno cumplir las reglas establecidas».