Los 300 observadores que prevé desplegar la ONU, al margen de la avanzadilla que ya se encuentra sobre el terreno, comenzarán a llegar a Siria la próxima semana para vigilar el cumplimiento del cese el fuego que, sin embargo, sigue rompiéndose a diario.

Ayer al menos 28 civiles murieron por el ataque de tropas del régimen sobre la ciudad de Hama, y cinco soldados por ataques insurgentes en Deraa y Hama, según la oposición, en el mayor balance de víctimas desde el inicio de la tregua.

Además, la agencia oficial Sana dio cuenta de la muerte de nueve miembros de las fuerzas de seguridad y tres civiles por ataques insurgentes.

La misión de la ONU cuenta hasta la fecha con una avanzadilla de menos de diez observadores y la oposición cree que está fracasando en su labor de garantizar el alto el fuego porque son las autoridades sirias las que coordinan sus movimientos y rehúsan acceder a los lugares donde les reclaman los activistas opositores

La oposición insiste en que Damasco sigue sin respetar los puntos del plan del emisario de la ONU, Kofi Annan, porque no ha retirado los tanques de las ciudades ni liberado a los detenidos». El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha contabilizado al menos 200 muertos desde el cese el fuego.

Aun así, el vice ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Meqdad aseguró que Damasco está dispuesto a cumplir con el plan de Annan. Pero sobre el mediador, que informará hoy al Consejo de Seguridad de la ONU, pesa la sombra de las operaciones de paz entre 1993 y 1996, entre las que se encuentran los precedentes de la guerra de Bosnia y el genocidio en Ruanda que la ONU fue incapaz de prevenir.

Según el portavoz de Annan, Ahmad Fawzi, las condiciones son peligrosas para los componentes de la misión. El portavoz adjunto de la ONU Eduardo del Buey indicó que el desplazamiento de los 300 cascos azules desarmados comenzará la próxima semana. Un primer grupo de 30 llegará a finales de abril y añadió que el «rápido despliegue del resto de observadores militares es una prioridad». «La presencia de observadores de la ONU cambiará la dinámica política sobre el terreno», añadió Fawzi, al día siguiente de que Annan pidiera a Damasco que acabara «de una vez por todas» con la utilización de armas pesadas y las retirara de los centros de población. La avanzadilla de observadores visitó ayer Zabadani, a 47 kilómetros al noroeste de Damasco, escenario habitual de manifestaciones contra el régimen y de combates entre el Ejército y el denominado Ejército Libre Sirio. También estuvieron en Duma, donde la víspera, según los opositores, los ataques del Ejército mataron al menos a tres personas. Una manifestación rodeó a los cascos azules gritando lemas por la caída del régimen y a favor de que se arme a los rebeldes del ELS, según vídeos ofrecidos por los militantes opositores.

Para aumentar la presión sobre Siria, la UE aprobó ayer su decimocuarto paquete de sanciones, algunas de ellos simbólicas, como la prohibición de exportar productos de lujo.