La Real ha sumado en los 14 partidos que ha jugado en Liga Gorka Elustondo 21 puntos sobre 42, con cinco victorias, seis empates y tres derrotas. En sus 1.163 minutos, su equipo ha encajado 15 goles (uno cada 77,5 minutos) y ha marcado 21 (uno cada 55,4). En los 20 jugados sin el beasaindarra, la Real ha sumado 19 puntos de 60, cinco victorias, cuatro empates y once derrotas. En 1.897 minutos, ha marcado 20 goles (uno cada 94,8) y ha recibido 35 (uno de cada 54,2).

La Real ha jugado más partidos con él en casa (8 de sus 14) y sin él ha afrontado los cuatro encuentros con Barcelona y Real Madrid. Pero con Elustondo sumó cuatro puntos en las visitas a los dos primeros de la otra Liga y sin él cuatro en los campos de cinco de los seis últimos. Y en el sexto, en Villarreal, la Real ganaba 0-1 hasta que fue expulsado de manera muy rigurosa.

Son datos lo suficientemente contundentes para argumentarlos a su favor ante la injusticia que le rodea. No son los más importantes, porque esos los aportan las pruebas físicas a las que se someten a los jugadores y los que ofrece el programa Amisco que la Real fue pionera en introducir y que mide absolutamente todo lo que hace un jugador en los partidos.

Esos datos y su percepción han llevado a Montanier a considerar a Elustondo como el jugador más importante en su centro del campo. Desde que jugó por vez primera en el Benito Villamarín, solo ha estado en el banquillo quince minutos del partido de Getafe tras siete jornadas de baja. En ese instante se lesionó Markel y desde entonces solo dejó de jugar por sanción.

Equilibrio al centro del campo

Es el medio centro que, junto a Aranburu y Zurutuza, más equilibrio ha dado al equipo por su capacidad física y eso explica los escasos 15 goles recibidos con él en el campo. Y de ellos seis se encajaron en partidos especiales en Anoeta ante Atlético y Levante, con dos penaltis en contra en los primeros minutos que condicionaron todo. La tercera derrota llegó en Getafe con el autogol de Iñigo que debió ser anulado por falta a Bravo.

Además de ser físicamente muy poderoso y de cubrir mucho campo, va bien por arriba, técnicamente ofrece una buena salida de balón, tiene llegada al área, buen golpeo de balón y este año ha demostrado su capacidad para asumir la presión.

Sabe que ahora le ha tocado a él, como a Montanier, ser el centro de las críticas, en parte porque han sustituido a un jugador y un técnico en contra de la opinión de un sector importante de la afición, y ha sabido dar la vuelta a una difícil situación. Porque el año pasado acabó muy tocado tras una temporada en la que Lasarte le ayudó poco.

No le dio la oportunidad de jugar en su puesto de pivote defensivo. Cuando lo alineó fue en los partidos más complicados. Disputó 11 de sus 13 de titular fuera de casa, incluidos los campos más difíciles, y además solo en Santander jugó sin Rivas o Markel al lado. Ese fue uno de los mejores partidos de la Real como visitante. Pese a que fue un mal año suyo, el equipo ganó los tres partidos fuera con él.

Pero tener un pivote defensivo al lado le hizo mucho daño porque siempre ha jugado de cara, como medio centro más retrasado y de central. Así los minutos de Málaga confirmaron la sensación de que ante el overbooking de medios centros, la suya como central puede ser una buena opción similar a la de Javi Martínez en el Athletic. Además si Illarramendi coge más nivel físico y mejora tácticamente puede convertirse en la mejor baza para ese puesto.

Elustondo también debe mejorar porque le falta experiencia. Acaba de superar los 100 partidos oficiales y debe evitar pérdidas o expulsiones como los que ha tenido este año y cuidarse más para no tener tantas lesiones. Pero si sigue en el buen camino, va a ser importante en el futuro de la Real. Y si se le apoya, lo tendrá más fácil.