«¿Han dejado de llorar los corderos, Clarice?». Quien dijo estas palabras siempre permanecerá en la retina de nuestros recuerdos observándonos fijamente desde el otro lado de un cristal que intuimos seguro. En compañía de la agente del FBI Clarice Sterling, sentimos próximo el horror que emana de la inquietante y, por qué no, seductora imagen del siquiatra caníbal Hannibal Lecter. Si echamos un vistazo a los expedientes que tan celosamente guardó el difunto Dr. Frederick Chilton, descubrimos que este personaje -con permiso de su creador, el escritor Thomas Harris- nació en Lituania. A la edad de 6 años, Lecter padeció varios eventos traumáticos de gran intensidad que determinarían su patología posterior: Durante la Segunda Guerra Mundial las propiedades de sus padres fueron bombardeadas por los nazis y él y su hermana menor, Mischa (a la que adoraba), quedaron huérfanos. Hannibal Lecter y su hermana fueron prisioneros de los «Hiwis» -Lituanos traidores que colaboraron con los nazis- quienes mataron a la pequeña Mischa y se la comieron. Su gran prestigio médico se tambaleó cuando, al desempeñar labores como auxiliar del FBI en la elaboración de perfiles sicológicos criminales, compartió caso con el Agente Especial William Graham, quien se convertiría en una de sus víctimas y su segunda y última en sobrevivir -la primera fue el millonario Mason Verger-. Este suceso derivó en la sentencia de nueve cadenas perpetuas que debía cumplir en el Hospital Forense de Baltimore.

En el año 91, Jonathan Demme dinamitó las taquillas con «El silencio de los corderos». El quid pro quo mantenido por Hannibal Lecter y Clarice Sterling creó semejante adicción que ni siquiera pudo ser paliada por Ridley Scott y su secuela «Hannibal».

Anthony Hopkins había legado para la posteridad un rol que, con anterioridad fue encarnado por Brian Cox en la película de Michael Mann «Manhunter» (1986). La trama que inspiró este filme fue retomada por Brett Ratner en la precuela «El dragón Rojo» (2002) y en un nuevo intento por exprimir el filón, se rodó una nueva precuela inspirada en los primeros años delictivos del exquisito gourmet caníbal, «Hannibal: el origen del mal» fue dirigida por Peter Webber en 2007.

Cuando parecía que Lecter podía seguir degustando plácidamente sus platos acompañados por un buen Chianti, la cadena norteamericana NBC ha contratado los servicios del Bryan Fuller -creador de series como «Pushing Daisies»- para llevar a cabo un ambicioso proyecto protagonizado por el personaje creado por el escritor Thomas Harris. Tal y como ha afirmado el propio Fuller, «nuestro Hannibal parecerá más feliz. Él no será abordado como un villano». La serie estará plagada de tramas y roles directamente extraídos de los libros de Harris aunque con algún cambio sustancial.