«El derecho a decidir pertenece a los pueblos, no hay que pedirlo»
Anna Arqué (Lleida, 1972) pasa esta semana en Euskal Herria, junto con representantes del EPI como el flamenco Steven Vergauwen, con motivo del 75 aniversario del bombardeo de Gernika. Portavoz del movimiento catalán «Welcome Mr. President», participó activamente en las consultas por la independencia del pasado año. Hoy estará, con otros miembros del EPI, en el Liceo de Gernika, a las siete de la tarde.
Mikel PASTOR | GERNIKA
¿Qué tienen en común una catalana y un flamenco? Pudiera parecer un chiste, pero nada más lejos de la realidad. Anna Arqué y Steven Vergauwen son miembros del EPI (European Partnership for Independence), una asociación europea que engloba a organizaciones sociales de Flandes, Escocia y los Països Catalans con un objetivo en común: conseguir la independencia mediante el ejercicio del derecho de autodeterminación.
Junto a otros representantes catalanes y flamencos, están en Euskal Herria con motivo del 75 aniversario del bombardeo de Gernika, para conocer de primera mano lo que la villa foral simboliza.
«Gernika representa la dignidad de un pueblo que resiste frente a la injusticia de un fascismo ocupante -comenta Arqué-. Gernika significa dignidad, esperanza y coraje». Vergauwen, por su parte, comenta que los jóvenes de Flandes estudian lo ocurrido en Gernika. «De esta manera, se ha generado cierta sensación de empatía y aprecio hacia la causa vasca» explica.
El lema elegido por Gernika Batzordea para este aniversario es «Askatasuna, bakea... autodeterminazioa». Tres conceptos que Arqué considera «inseparables», ya que «si no se respeta el derecho a decidir de los pueblos, las palabras libertad y paz se quedan en pura demagogia retórica».
La portavoz de «Welcome, Mr President» matiza que este derecho «no es un deseo personal e individual, sino que se trata de un derecho colectivo, de un derecho universal inviolable» y que es necesario «concienciar a la sociedad europea haciendo pedagogía democrática».
En ese sentido, considera que es necesario transmitir que «el `demos', el pueblo, el sujeto de decisión, está en Euskal Herria, en los Països Catalans, en Flandes». Por lo tanto, la autodeterminación es, a su juicio, «un derecho que nos pertenece a todos los pueblos, no algo que tengamos que pedir al país ocupante».
Regidores extranjeros
Ambos analizan también el auge de los movimientos independentistas en Europa. El pasado lunes, este diario publicaba los resultados de una encuesta que coloca a Amaiur como primera fuerza en escaños en el Parlamento de Gasteiz; las últimas encuestas en los Països Catalans muestran una fuerte tendencia hacia el independentismo, y el N-VA flamenco es la primera fuerza en el Parlamento belga.
«En el momento en el que un estado no es democrático, como Bélgica o España, y no reconoce nuestros derechos, el independentismo se refuerza porque el pueblo ve que le están negado un derecho básico», afirma Vergauwen. «Lo que jamás puede ir bien es una nación regida por gobernantes extranjeros, como ocurre con Euskal Herria o los Països Catalans», añade Arqué. «El rechazo en la sociedad es automático, porque está viendo que sus dirigentes no son su propia gente», lo que para la catalana es «una enorme injusticia que a largo plazo acaba fortaleciendo el independentismo».
Tirando de ese hilo, Arqué disecciona la realidad de su país: «La clave del éxito en los Països Catalans es la normalización del concepto de independencia. Hoy en día es normal que cualquier persona converse con sus vecinos sobre su identidad nacional, y eso es un auténtico logro en sí mismo»
De la misma manera, califica de «importante avance» las recientes consultas por la independencia realizadas en muchos municipios catalanes, «demostrando que la sociedad se puede organizar una consulta espontánea, surgida del pueblo y para el pueblo».
«La clave del éxito en nuestro país es la pérdida del miedo a la palabra `independencia' y la normalidad con la que se trata hoy en día»