
Provocan, pero no humillan a los vascos
Un d�a como ayer, 24 de abril de 1937, Elgeta ca�a en manos de las tropas fascistas apoyadas por alemanes, italianos y marroqu�es. La batalla de Intxorta enfrent� a un Ej�rcito vasco de miles de gudaris y milicianos contra los fascistas y tercios de requet�s del Ejercito espa�ol, ayudados por la siniestra escuadrilla de bombarderos y cazas alemanes Legi�n C�ndor que dos d�as despu�s bombarde� y calcin� Gernika en f�sforo rojo. Los gudaris lucharon con bravura e hicieron retroceder varias veces a los fascistas, pero la aplastante superioridad a�rea -150 aviones contra ninguno- termin� por minar su resistencia y abri� las puertas de Elgeta a las tropas comandadas por el general Camilo Alonso Vega. Entraron a sangre y fuego, ejecutaron a conocidos vecinos, abusaron sexualmente de las mujeres, fusilaron a padres delante de sus hijos. Ese es el legado que dej� el Ej�rcito de Franco, un reguero de atrocidades que, gracias a la labor de asociaciones culturales como Intxorta 1937, no han quedado en el olvido, sino todo lo contrario.
75 a�os despu�s, el mismo d�a, en el mismo sitio y horas antes del aniversario de Gernika, el Ej�rcito espa�ol -heredero de los fascistas y jam�s depurado- volv�a a tomar Intxorta y a pasearse armado y desafiante por Elgeta. En un gesto de enorme significado simb�lico y sicol�gico, actu� como lo har�an los hijos naturales de los sanguinarios generales Mola o Garc�a Vali�o de entonces. La orden de volver a tomar Intxorta quiso dejar un mensaje claro como tarjeta de visita: provocar a los vascos, humillar sentimientos de pa�s y hacerlo con impunidad es una lecci�n permanente del presente que sirve para recordarles su derrota, para hacerles ver que ese pasado perseguir� siempre cualquier esfuerzo por un futuro nuevo.
Ni la casualidad ni ninguna otra contingencia puede explicar ni explicar� lo ocurrido. Pero se equivocan de plano. Intxorta es ya un espacio y un s�mbolo cincelado en la memoria colectiva de Euskal Herria, y la lucha de los gudaris por la libertad, inspiraci�n y ejemplo.