Ainara Lertxundi Kazetaria
Del elogio a la crítica hipócrita
Glamurosa, joven y muy chic. Es la primera dama que más magnetismo y frescura irradia». Tal descripción corresponde a un perfil de Asma al-Assad, la esposa del presidente sirio, Bashar al-Assad, publicado hace apenas un año por el magazine «Vogue», que se deshizo en elogios hacia «la rosa del desierto». El autor del reportaje puso como ejemplo a la familia Al-Assad, siempre desde un punto de vista occidental y partiendo del origen británico de Asma. «Las decisiones familiares se toman democráticamente. Bashar fotografía a sus hijos, que acuden al colegio Montessori. Asma conduce su propio coche y afirma que desea emplear los conocimientos adquiridos en el mundo de los negocios para llevar la modernidad a Siria», afirmaba.
No solo «Vogue» ensalzó la figura de la primera dama siria. «Paris-Match» la presentó como «la Diana del Este», en alusión a la fallecida Lady Di, mientras que la estadounidense «Huffington Post» exhibió una amplia galería de fotografías suyas bajo el titulo de «La belleza natural de Asma».
Un año después, «Vogue» ha retirado el citado perfil de su archivo on line y Asma está en el ojo de todos los huracanes después de que las esposas de los embajadores británico y alemán en la ONU difundieran un video bajo el lema «Detén a tu marido», en el que, paradójicamente, le dicen que «lo importante no es su imagen sino sus actos. Mientras tú besas a tus hijos para darles las buenas noches, otras mujeres encontrarán vacío el sitio a su lado. Esos niños podrían ser los tuyos. De hecho, lo son. Detén a tu marido y a sus seguidores».
Más allá de la responsabilidad que pueda tener y del papel que debería jugar para poner fin al conflicto, cabe preguntarse por qué nadie hizo un video similar instando a Barbara Bush y Cherie Blair a parar la invasión de Irak, donde el número de niños muertos se cuenta por miles. En 2008, fallecieron 376; en 2009, 362; en 2010, al menos, 194; y 400.000 padecen desnutrición. La situación de los civiles, refugiados y niños sirios merece una acción mucho más seria, lejos de gestos hipócritas, superficiales y puramente mediáticos.